Caminando Marruecos

El grupo con el que caminó Marruecos.
Esta entrevista salió casi de casualidad y cualquier similitud con la realidad no es pura coincidencia. Lo cierto es que Mireia Domenech, una de esas tantas mujeres catalanas y trabajadoras que tiene el mundo, de día es editora de textos en Mediazines, de noche combate el crimen y cuando se va de vacaciones… se va a Marruecos, a un viaje solidario organizado por la Fundación Acción Geoda.

La fundación es una ONG nacida en 2007 cuya misión es “ayudar a mejorar las condiciones de vida de personas que se encuentran en situaciones difíciles”. Pero para qué seguir explicando yo, habiéndola entrevistado a ella.

¿Cómo te enteraste de la posibilidad de hacer este viaje?

La verdad es que esta es la parte de la historia que tengo más confusa. No entiendo cómo lo más importante he sido capaz de olvidarlo tan rápido. En mi día a día no dejo de estar en contacto con las redes sociales e internet, supongo que mi trabajo me hace estar muy pendiente a todo el mundo tecnológico y mi vida personal muy cercana al voluntariado, así que uno por el otro me llevaron hasta la página web de la Fundación Acción Geoda (http://www.acciongeoda.org/) a su Facebook (https://www.facebook.com/fundacionAccionGeoda) y a su apetecible panfleto de Viaje solidario, todo esto dos semanas antes del día de partida, ¡imagínate!

Con Hafid, el traductor y guía, 
y los hijos de la familia que nos ofreció 
su casa para hacer el pan.
¿Qué información tenías de antemano?

Pues más allá del panfleto me puse rápido en contacto con Acción Geoda (@AccionGeoda) y me ofrecieron todos los detalles de lo que iba a ser el viaje solidario en sí. El organigrama del viaje consistía en visitar las zonas más emblemáticas de Marrakech, actividades de conocimiento y convivencia en el valle del Tessaout (Ifoulou), seguir algunas costumbres bereberes como hacer pan, tatuajes de henna, la ceremonia del té..., un trekking hasta Magdaz y el disfrute de las playas de Essaouira. Debo incluir también la visita a las cascadas de Ouzoud y Demnate que, aunque no estaban en el planillo del viaje, fue una de las cosas que surgieron en una de las noches en el Gite D’Etape (albergue) de Mohammed El Jannaoui. Si te soy sincera fue un viaje tan exprés en el tiempo que apenas tuve tiempo de buscar adónde iba, en qué hoteles o albergues dormiría, ni de releer lo más importante: el mini diccionario con las frases que tal vez iba a necesitar de español-bereber, ni la aprobación de mi familia, figúrate! Creo que a veces no se necesita tanta información, solo hace falta dinero, valentía y empeño para embarcarte en el avión y decir ar askka (hasta mañana en bereber).

¿Por qué decidiste hacerlo? ¿Por qué sola?

Pues tenía la ropa, la mochila, la locura y las ganas terribles de viajar. Marruecos, además, era una de las cosas que siempre tienes ahí pendiente y nunca encuentras el momento de hacer, uno de mis mejores amigos es marroquí, y puede corroborar lo pesada que soy preguntando por ellos, incluso hace 2 años alguien al que recuerdo mucho también, me regaló el libro de Elias Canetti, Las voces de Marrakesh, para que me empapara un poquito más de lo que era mi sueño. Así que se sumó mi pequeño sueño con la buena acción de la Fundación para conocer el proyecto de cooperación para el desarrollo que Acción Geoda lleva a cabo en las aldeas de este valle... ¡no se me ocurre nada más para pedir! ¿Que por qué sola? Qué gran pregunta, amigo. Y, ¿por qué no? Es la mía. Viajar de por sí te permite conocer un mundo y cultura nuevos, si además lo haces sola esto se amplía a traerte de vuelta en la maleta a unos extraños que se convierten de golpe en tus amigos.

¿Cuánto tiempo duró? ¿Se te pasó volando, te olvidaste del reloj, o no?

El viaje duró 10 días, o eso creo, del 18 al 27 de agosto. El tiempo el primer día en Marrakesh me pasó igual que en Cataluña, pero una vez me adentré en el Valle del Tessaout perdí por completo la noción del tiempo. Allí no existe calendario, ni horario, tal es así que no atrasamos ni la hora del reloj, seguíamos guiándonos con la hora de Marrakesh. En el Valle fueron 5 días reales, pero los sentía como si hubieran sido 15, allí se viven los segundos y los minutos no los días, y a cada cual más intenso. Los niños no saben bien qué edad tienen si 6 o 8, si 25 o 27, y es que en 4h que los distancia de Marrakesh te sientes tan alejado del mundo real y tan pequeño entre tanta inmensidad que te planteas qué has estado haciendo tanto tiempo, y por qué no vivo yo también el presente en mi otro mundo.

¿Cuál es el propósito de esta experiencia de la Fundación Acción Geoda?

Con las manos en la masa.
El fin principal de Acción Geoda es impulsar el desarrollo sostenible de zonas desfavorecidas y con esta primera edición del viaje solidario el primer propósito era contribuir con el proyecto Tessaout y con el desarrollo de la economía local del Valle, a la par que disfrutar de un positivo intercambio de experiencias entre residentes y visitantes. Allí las mujeres de algunas familias nos enseñaron a hacer pan y nos embadurnaron con unos preciosos tatuajes de henna, estas actividades fueron retribuidas, no solo para mejorar su economía sino para hacer hincapié en que las mujeres del valle también son capaces de traer un sueldo a su casa. También activamos la economía del valle con los diferentes servicios que utilizábamos: furgonetas, mulas, comida, alojamiento...

¿Cómo vive la gente? ¿Cómo es su cultura y sus costumbres? ¿Es fuerte el contraste con tu ciudad o España en general?

Pues créetelo la gente en el Valle vive sin nada y vive, vive en mayúsculas. Vi a una mujer, y digo mujer con todas las letras a pesar de sus 25 años y dos hijos ya a sus espaldas, trepada a un árbol recogiendo leña para llevarla a cuestas hasta su casa y minutos después regalarme la mejor de sus sonrisas al darle una simple pulsera que además era para los mosquitos, no era ni una joya. Y ahora que pienso yo fui capaz de decirle a mi padre después de un bonito regalo: “¡yo no uso gorras!” En qué nos hemos convertido¿verdad? 


Su cultura es muy diferente a la nuestra, realmente como mujer no me gustaría ser mujer bereber, está bastante infravalorada y no te permite ser independiente, eso que tanto gusta aquí. Pero la verdad es que todo acabó impactándome positivamente y ya echo de menos el ritual del té a todas horas, las 5 llamadas al rezo, el ritmo de los tambores y el tremendo olor y sabor a comino.

Una noche al ritmo de los tambores.
¿Podrías describir un día de esos que viviste ahí? ¿Y si tuvieras que elegir un lugar favorito de los que estuviste?

¡Qué difícil me lo pones! En el valle amanecía muy temprano y siempre con el sonido del río de fondo, algo idílico, ya ves. Las cinco que estábamos en la habitación éramos de levantarnos las primeras para poder ducharnos a tiempo, deciros que había solo dos duchas y además con muy poca agua, y si te dormías en los laureles...podías gozar de mi misma suerte y encontrarte sin agua caliente. Después desayunábamos té, café, pan calentito con quesitos, mantequilla o algunos nos peleábamos, literalmente, por la “nocilla”. Y así cada día. Pero os describiré el día del trekking hasta Magdaz, que fue sencillamente espectacular. En la ruta nos acompañaban dos mulas, Fátima y Canela, (las bauticé yo así que perdón por la creatividad del momento), dos chicos del Valle y nuestros inseparables Hafid y Abdu.

El recorrido duró todo el día y en 2500-1100 de desnivel disfrutamos del valle y de todos los pueblos que encontrábamos a nuestro paso hasta llegar a Magdaz. En mitad del camino nos deleitaron con la mejor de las coca-colas diría yo, al menos siempre la recordaré como la mejor, la mejor ensalada de verduras y el mejor tajine de pollo con patatas fritas y uvas. Más adelante las niñas del grupo se inventaron el mejor idioma jamás inventado, el chuche idioma, así que si no os importa contaré el final de la historia con el susodicho idioma. “Chuche caminemos hasta chuche Magdaz y chuche subimos al chuche granero, desde donde chuche veíamos toda el chuche pueblo, y tomamos té con el chuche rais desde el mejor chuche balcón, os dejo una chuche foto para que podáis chuche disfrutar conmigo del chuche momento y del chuche pueblo de chuche chocolate”.

¿Cuál creés que fue el momento que más te marcó?

Pues de entre tantos momentos que me han marcado me cogeré el derecho de decirte tres, no podría obviar ninguno de ellos. El primero de los momentos fue cuando una niña pequeñita del valle se cayó monte abajo y se le salió la muñeca o el brazo, no sabría decirte bien, y vivíamos a 4h de cualquier tipo de hospital, puedes imaginar mi cara, la de la nena y la del grupo. Otro momento fue en mitad del trekking, vi como un hombre le ponía dos piedrazas -porque a esas no se las podía llamar piedras-, en la espalda, se las ataba con una cuerda y “yala yala” camino arriba como un burro de carga y él sin nada, obvio. Y por último, en las cascadas de Ouzoud una mujer, no muy mayor, bañándose con el burka negro.

"La chuche ruta, con la chuche Fátima".
¿Conociste a alguna persona que consideres interesante mencionar?

Pues me llevo la maleta llena de menciones. De Acción Geoda y sus organizadores me llevo el saber hacer, la capacidad de organizar a 17 personas, la solidaridad y la buena acogida a la familia Geoda. Jose sabe y vale más de lo que él mismo cree, Almu y Eva la definición de que un hijo te cambia la vida solo si tu quieres, la tranquilidad de María y Lara, el poderío de Rocío, la preocupación de Hafid, la honradez de Abdu, la ternura de Elena, la inocencia y pureza de las niñas, la sonrisa y alegría de Tomás y de Mamem, ¡ay mi Mamen!, su valentía y su corazón. Cómo ya ves, me llevo un poquito de cada uno, hemos formado un buen grupo.

¿Qué significó para una filóloga y editora de Mediazines, siempre tan ocupada, estar alejada del ajetreo de la ciudad y de la tecnología?

Muy buena pregunta. La verdad es que en la ciudad empezaba a entrar en una rueda sin salida de adicción al trabajo, siempre me he desvivido por ello y encontrarme de golpe sin internet, sin teléfono y tan fuera del mundo, fue un gran choque. Creo que nunca logré olvidarme de mi oficina y muchas de las cosas que veía las encontraba dignas de un artículo o un libro...figúrate qué arraigada tengo mi profesión. De hecho el primer día que cogí wifi, vi más de 48 emails de trabajo, una locura. Pero la verdad que me encantó estar unos días incomunicada, y también me encantaría trabajar desde cualquier parte del mundo, conocer mundo te despierta la creatividad. ¡Seguro sabes de lo que hablo!

¿Podrías decir que en algún punto esto te cambió la vida?

Demasiado. Dejémoslo así.

Cascadas de Ouzoud 
¿Recomendarías la experiencia? ¿Por qué? ¿Qué le dirías a esa persona que está en la duda de si hacerla o no?

Pues si alguien ha llegado hasta esta pregunta leyendo el resto, no hace falta que responda. Pero sí, la respuesta es sí, por favor. De hecho, animo a todo el mundo a que conozca la fundación, seguro que de una manera u otra cualquier persona puede aportar su granito de arena. ¿Qué le diría a la persona que duda? ¡Cierra la mochila y ve!, o mejor: ¡cierra la mochila y vamos!

¿Pensás repetirla vos alguna vez en el futuro o alguna otra similar de Acción Geoda?

Por supuesto, y en un futuro no muy lejano. Y no solo ir a Marruecos, como ya he dicho antes se puede colaborar de muchas maneras, así que lo más cercano es coger un ave a Madrid y asistir al teatro de noviembre para recaudar fondos para otra acción en el valle.

¿Algo que quieras agregar?

Sí, un enorme gracias.

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