5 tips para cuando te achaca el bloqueo creativo



En este último tiempo estuve sufriendo bastante de este mal que a los que tratamos de escribir seguido se nos convierte en insuperable. Una semana estás derrochando ideas a diestra y siniestra, temas nuevos sobre los que escribir, distintas maneras de abordarlos, todo va sobre ruedas; a la siguiente, nada. Un muro infranqueable y la mente que pide unas bujías Hescher que nunca llegan. En fin, como los problemas se resuelven hablándolos, en este caso, escribiéndolos, acá estoy con cinco consejos que son a los que yo recurro cuando estoy en uno de esos desiertos inspiracionales.


1. SALIR A CAMINAR

Sí, tan simple como eso. Haga frío o calor, salir a caminar (preferiblemente solos, vos y tu cerebro) y desconectarte por completo de lo que estabas haciendo es clave para después retomar con más ganas. Y hasta con ideas nuevas. Es como si la mente se concentrara en el ejercicio en cuestión y, en consecuencia, descomprimiese aquello que no se nos ocurría. Aparte, es bueno para la salud, tanto mental como corporal.

El mismísimo Stephen King (oh, gran maestro) aplica este método y lo afirma en su libro ‘Mientras escribo’, una obra que si te gusta escribir tenés que leerla sí o sí. Igual, ojo por donde caminan porque hacerlo cerca de una ruta casi fue fatal para don King en 1999. Eso sí, después adaptó la historia de su accidente y la utilizó para el tomo final de su saga más importante: La Torre Oscura. Que si no la leyeron aún, háganlo.

2. ESCUCHAR MÚSICA O PODCASTS

Si te da fiaca salir a caminar porque te gana el cansancio físico o porque hacen mucho frío y preferís quedarte encerrado en plan de practicar el hygge danés, siempre es una opción escuchar música. Para mí la que mejor funciona es la instrumental, cosa de que no te distraigas con la letra y te ayude a enfocar un poco más la mente. Spotify tiene un montón de playlists para esto, yo prefiero las que tienen una guitarra sonando. Después, que también está en Spotify o YouTube, los sonidos de lluvia, de tormenta, con truenos a lo lejos. Una vez se me dio por probar eso y salió bien.

Si quieren algo más específico, les tiro algunas opciones que a mí me copan y me han salvado en distintos momentos. Una que me encanta son los clásicos de los 80s (instrumentales) interpretados por el saxofonista Manu Lopez. Curiosamente, es la banda sonora más recurrente que ponen en mi café favorito. Y como me servía, un día les pregunté qué era lo que sonaba y ahora me acompaña en el celu o en la pc.

Otra es, y también relacionada con la lluvia, es la Rainy Jazz Live Radio. Música bien relajante, con un fondo lluvioso de fondo. Si la ponés en una Smart TV es un golazo, tenés una ventana a la inspiración. ¡Y no se termina nunca!

Por otra parte, si lo que querés es desconectar completamente y distraer la mente en otra cosa que sea a la vez productiva, te doy la bienvenida al mundo de los podcasts. Desde noticias hasta fútbol, o lo que quieras escuchar, como si fuera contenido radial pero específico y vos escuchás lo que querés. Hay podcasts de y para todo, y mucho más si sabés inglés. Yo, por ejemplo, en mis caminatas escucho Serial Podcast, uno que te va contando episodio a episodio una investigación periodística sobre un crimen. Así que ahí te conecto los consejos 1 y 2. Tambiéntengo mi podcast propio que se los dejo acá por las dudas.

3. LEER UN LIBRO

Esta es cortita y al pie, como los pases del italiano De Rossi. Como les vengo repitiendo desde los primeros tips, enfocar la mente en otra cosa es clave para que nuestro cerebro, en un segundo plano de trabajo, nos brinde las respuestas que buscamos. Leer un buen libro también sirve para esto. Obviamente, si estás escribiendo sobre marketing no vayas a leer un libro sobre marketing, recordá que estás buscando distraerte. Un buen libro de cuentos o una novela nunca vienen mal. Además de que si leés mucho vas a ir aprendiendo nuevas palabras y formas de narrar que te pueden llegar a servir para lo tuyo.

4. ANDÁ A ESCRIBIR A UN CAFÉ

¿Vieron que en el punto 2 les dije que me había “robado” la lista de reproducción del café/bar al que suelo ir? Bueno, es ahí donde se me vienen muchas ideas para el blog (como el mozo que más sabe de fútbol u otras historias), o para escribir poemas, o en definitiva para escribir algo. Lo que sea. No sé, el movimiento de gente es algo que me estimula la creatividad. Hasta podés terminar escribiendo tranquilamente sobre alguna persona que haya entrado al bar con toda la pinta de ser ‘El Michael Douglas del subdesarrollo’. Y como les digo bar, puede ser una plaza (como lo hice hace poco en San Martín de los Andes), o en el tren, o donde sea que haya movimiento de gente.

5. ESCRIBÍ LO QUE SEA Y COMO SEA

Hay una anécdota muy copada de Tom Wolfe, uno de los considerados padres del ‘nuevo periodismo’. Era la primera vez que escribía un artículo para una revista y estaba completamente bloqueado, sentía que le era imposible hacerlo. Su editor finalmente lo convenció para que, por lo menos, escribiera algo con las notas que había tomado en el evento que le había tocado cubrir. Acto seguido, y en una noche, Wolfe le escribió todo, sin pensar en el estilo, en las palabras que utilizaba o en cómo hacerlo. Simplemente, lo que se le venía a la cabeza, ayudado por sus notas. Al día siguiente, el editor le dijo que iban a publicarla tal cual la había escrito.

Con esto no quiero decir que todos tengamos el talento innato de Tom Wolfe para escribir. Pero sí que tomar nota sobre lo que sea y cuando sea es una excelente forma de tener material en parrilla para cuando nos quedamos en blanco. Las notas del celular o hacerse un grupo de WhatsApp en el que el único miembro del grupo seas vos, así podés mandarte fotos o anotaciones, es perfecto para esto. Yo lo hago todo el tiempo. Después sí, es sentarse y darle duro a ver qué sale. A veces no funciona, claro. Pero otras veces te vas a sorprender tomando la misma decisión que el editor de Tom Wolfe y publicándolo así como viene.


BONUS TRACK: NO ESCRIBIR NADA POR UNOS DÍAS TAMBIÉN ESTÁ BIEN

No escribir nada por unos días y hasta por unas semanas (grandes autores pasan incluso años o décadas sin poder escribir algo piola) es válido. No es la muerte de nadie y quizás es el reseteo que tu cabeza necesita para volver a empezar de cero. Esos días son esenciales para hacer esas cosas que te gustan y que, a veces, tenés que poner en un segundo plano porque estás escribiendo o creando contenido para las redes sociales. Qué sé yo, mirar películas, series o jugar a la play, en mi caso.

¿Y vos? ¿Qué otras opciones sumarías a la lista?  

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