De una canción de casualidades transatlánticas
Fue una de esas raras ocasiones en las que una casualidad insospechada te hace pensar si hay algo o alguien atrás moviendo los hilos del escenario de la vida. O escribiendo los capítulos. Me ocurrió hace un par de años arriba de la Catedral del Mar, en Barcelona, y un poco después también. Y si bien la historia tiene muchos más pormenores, me remitiré a ventilar esos que tienen que ver con la canción ‘Buenos Aires’, de Rafa Pons.
Fue ahí en la Catedral del Mar (que en realidad es la Basílica Santa María del Mar) donde conocí a Alba, quien en ese entonces era una de las guías turísticas del lugar. El tour era en inglés y me metí igual porque no quería esperar. Para qué los 18 años de inglés si no es para situaciones como éstas. De ese maravilloso sitio me había hablado un mexicano que también conocí ahí en Barna. La única iglesia construida por los mercaderes del puerto y la gente de la Ribera, no por el clero (como la Catedral de Barcelona), lo que hace aún más interesante a la historia. Claro está que no tiene el mismo rating que la Sagrada Familia, por ejemplo. Y hasta ese momento previo, yo tampoco sabía que la terminaría concibiendo como uno de mis lugares favoritos. Es más, lo recomiendo siempre que puedo. Mucho más luego de haber leído la novela ‘La catedral del Mar’, de Ildefonso Falcones.
Sin embargo, mi casualidad no va tanto por ahí. Va por ‘Buenos Aires’. Una canción que había escuchado, así como quien dice ‘de prepo’, en Spotify. El tema lo canta un catalán y es justamente una oda a la ciudad de la furia. Lo que más me encantó fue eso, que alguien tan poco porteño la viera como, a veces, ni los mismos porteños la ven. O, mejor dicho, la vemos (y me incluyo gallardamente).
La canción no tiene absolutamente nada que ver con la Basílica Santa María del Mar. No obstante, ahí comenzó todo. Ahí arriba, al pie de una de las torres, fue donde conocí a Alba. Y conversamos un rato largo después de la visita guiada en inglés (que para mí estuvo bien). De hecho, tuvo algunas acotaciones en español porque no fui el único con la valentía suficiente como para meterme a un tour en inglés en un país donde se habla español. También había un grupo de señoras de Puerto Rico. Y podríamos decir que la historia terminó ahí. Pero no.
Meses más tarde, conmigo ya de regreso en Argentina, chateando con Alba de casualidad le menciono que había escuchado un tema sobre Buenos Aires que me había encantado y que justamente era de un catalán. No, mentira. Fue aún mejor. Al preguntarle cuándo se iba animar a venir a Buenos Aires, me respondió que tiene un amigo casado con una porteña, que es cantautor y que ella a veces lo acompaña en algunos conciertos como corista. Y que lo más cerca de Buenos Aires que había estado fue una colaboración en la canción homónima. Oh casualidad, de nuevo. Y mi ‘Nooooo, qué locura’.
Qué sé yo. No sé si es normal escuchar un tema de las recomendaciones azarosas de Spotify y al año encontrarse así de la nada y sin saberlo con una de las voces que lo cantan. En aquel entonces (febrero de 2016) lo describí como “un gran poema a Buenos Aires”. A Alba ya la había mencionado de pasada una vez en 'Un subte, una sonrisa y dos Plazas Italias'. Inmediatamente después de nuestra conversación de las casualidades (en febrero de 2017), me dio permiso para contar esta increíble anécdota. Incluso me pasó el contacto para intentar entrevistar al mismísimo Rafa Pons. Pero desde hace un año y medio a esta parte que, como casi dice la canción de Calamaro, le mandé un mail que nunca escribí y que nadie leyó.
Con un poco de suerte, alguna de las próximas publicaciones de este blog sea la entrevista a don Rafa Pons, para que me explique qué es todo este lío de casualidades que una de sus canciones generó. Porque no puede ser cierto, pero lo es.
Y acá les dejo la letra de la canción: http://www.rafapons.com/letra/14-buenos-aires/
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