Los hermanos Karamazov: Más Dostoyevski que Dostoievski
Analizar los clásicos de la literatura universal es un campo minado, porque todo lo que se diga puede ser utilizado en tu contra. No obstante, me animaría a decir que ‘Los hermanos Karamazov’ es una de las mejores novelas de Fiodor Dostoyevski, aún por sobre ‘Crimen y Castigo’. Por el desarrollo de los personajes, por la cantidad de subtramas, por la complejidad de las temáticas que trata, por el clímax que logra crear hasta la mitad del libro para después desencadenarse en un final inquietante. Es largo sí, y para leer concentrado. Por ende, puede resultar cansador si se lo enfrenta a la ligera, pero después de todo vale la pena. Es probable que si lo hubiese agarrado de más joven, no lo habría logrado terminar.
A simple vista se puede afirmar, y sería cierto, que esta novela es la historia de un asesinato. Una persona aparece muerta y durante la extensión de la obra los personajes y el lector van intentando dilucidar quién es el asesino. Sin embargo, la realidad es que esa es solo la punta del iceberg. Por debajo hay toda una parte oscura que no vemos, como la mitad de la luna que no llega a nuestros ojos. Creo que la analogía perfecta sería una manada de leonas que durante la primera mitad de la historia se van acercando y rodeando lentamente a su presa, para luego en la segunda mitad (con el asesinato como claro divisor) arremeter con desenfreno a cazarla. Esas son las sensaciones que me dejó el libro, una montaña rusa. Es una simple historia de misterio, con una carga hermosa y sorprendente de filosofía, política, psicología, sociología y religión. No es para cualquiera.
‘Los hermanos Karamazov’ es la historia de un parricidio. Fiodor Pavlovich Karamazov es asesinado y el ojo de la justicia recae inmediatamente sobre la misma familia, por ciertas sospechas económicas. Los hermanos Karamazov son tres reconocidos: Iván, instruido y orgulloso; Dmitri, enamoradizo y con un temperamento alterado; y Alexei, tímido y religioso. El cuarto es un hijo bastardo llamado Smerdiakov, epiléptico y muy resentido. Uno de ellos es el asesino, aunque podría tranquilamente decirse que esa afirmación es errónea. Ahí también la magia del relato.
Más allá de la trama, Dostoyevski hace una radiografía de la Rusia de mediados del 1800. Muestra las diferencias y dudas que existían entre Iglesia y Estado, entre la religión y el ateísmo, las familias disfuncionales, la pobreza, los celos, la justicia que muchas veces no es justa, la inocencia de la infancia que es arrebatada por una sociedad podrida, el poder del dinero. Claramente, es una evolución de ‘Crimen y Castigo’ (también una novela muy buena, aunque vista mayormente desde la psicología de un solo personaje) y que representa de la mejor manera por qué el autor es clasificado como precursor del existencialismo. Además, en una carta el mismísimo Albert Einstein declaró que era su libro preferido; o Freud, que aseguró que es “la más magnífica novela jamás escrita”. Digo nomás.
Si algo se le puede criticar (solo por intentar consignar algo negativo) a ‘Los hermanos Karamazov’ es que su complejidad hace que a veces no lo puedas disfrutar. Para mí, que concibo más a la literatura como entretenimiento, fue un verdadero desafío. De hecho, tuve que parar de leerlo cuando me fui de vacaciones para no tener que prestarle tanto cerebro. Es decir, tenés que afrontarlo estando concentrado y predispuesto a no desviar la atención, porque sino vas a estar teniendo que volver atrás las páginas para saber qué dijo o hizo alguien antes. Por momentos, más que leerlo, estás estudiando el caso.
En conclusión, es una novela compleja que va muchísimo más allá de la premisa del asesinato misterioso. Una historia que te da cuatro perspectivas distintas sobre un mismo hecho, envuelta en decenas de subtramas y personajes secundarios, y que de una u otra manera te genera identificación con alguno de los protagonistas, por más cruel que eso te haga sentir con vos mismo.
Mi calificación para el libro: 5 estrellas, y 6 o 7 si fuese posible.
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