Opendoor: la normalidad rara entre el campo y la ciudad

Opendoor, de Iosi Havilio, me lo recomendaron como un libro de ‘lectura ligera’ que era lo que yo estaba buscando. Y terminó siendo eso y un poquito más. Lo hizo un poco más atractivo el hecho de que suceda por todos estos parajes que me quedan tan cerca (como Pilar) o no tanto pero más o menos (como Luján), y que constantemente te deje la sensación de que existe algo más allá de lo que describen las palabras. 


Es la historia de una joven veterinaria bisexual, sus aventuras y desventuras entre el campo y la ciudad, sexo, droga, un caballo y el haber presenciado un suicidio, algo que la persigue durante casi toda la novela. Una historia sumamente realista, que quizás pierde el hilo principal en algún momento, pero que lo retoma al final, como uno de estos partidos mundialistas en los que el equipo más débil da la sorpresa y se redime (México ganándole a Alemania, por ejemplo). No obstante, la incertidumbre no se pierde, aún en lo subliminal, y Havilio consigue mantenerte en vilo durante las casi 200 páginas con el relato de una chica que no tiene nada fuera de lo común. 

Vale la pena destacar que la novela es de rápida y simple lectura, aún así bastante descriptiva, y de a ratos atrapante. No es un thriller de esos que te obliga a pasar una página por segundo, pero tampoco te provoca dejarlo de leer. Creo que en eso ayuda el hecho de que no sea más extenso de lo que es, porque de lo contrario se haría un poco más denso, es la medida justa. Un shot de normalidad y extrañeza en las dosis exactas. 

En lo negativo, Opendoor tiene algunos tramos donde pareciera que el desarrollo de la historia se va por las ramas. Si bien la construcción de los personajes es buena, el hilo conductor que los unió a veces se debilita tanto hasta casi desaparecer. Y después reaparece. Y así. Esa falta de consistencia le quita un poco de fuerza a la novela. Lo mismo con ciertos aspectos que quedan sin tratar lo suficiente y que por cómo te lleva la historia deberían haber tenido más espacio. La cercanía a la Colonia Neuropsiquiátrica Domingo Cabred, por ejemplo, en la localidad de Open Door. Te deja la misma sensación que cuando vas a ver una película, estás convencido de que va a pasar algo buenísimo por cómo se están dando las cosas... y después nada. 

Sin embargo, en el balance general es una buena historia. Tal y cómo me lo recomendaron a mí, se los recomiendo a ustedes, es una novela entretenida, para pasar el tiempo, pero que no te vuela la cabeza. Sin dudas, si vivís o conocés los lugares en donde está situada la novela, lo vas a disfrutar más. Así me pasó a mí cuando en una parte la protagonista sale a bailar por Pilar, o cuando pasa por la terminal de colectivos de esa misma ciudad, porque es donde vivo. Como las veces en las que una película de Hollywood hace referencia (casi siempre erróneamente) a la Argentina. El ir y volver a Capital, del campo a la ciudad y viceversa, esa dicotomía que los de Pilar, Luján y alrededores, tenemos ya como tediosa costumbre, es también la base sobre la que se edifica esta historia realista que conforma, sin dejarte pidiendo más.

Mi calificación: 2 estrellas. Regular.

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