Siga el baile, siga el baile
Los Spurs aplastaron 109-85 a los Philadelphia
76ers en la noche del lunes pasado. En la previa prometía ser un partidazo,
pero no fue más que otra paliza de San Antonio, después del 120-89 en Nueva
York.
Danny Green, máximo anotador de los Spurs con 18 puntos,
atacando el aro. Fotografía: NBAE/Getty Images.
|
No obstante, sucedió a lo que algunos se
refieren como la “magia de la NBA”. Nada es seguro. Por ejemplo, ni el más
optimista esperaba que los Indiana Pacers estuviera con un récord totalmente
positivo (8-0) al principio de la temporada; el candidato, quizás, a esto, los
campeones de la NBA, los Miami Heat están 5-3. Los propios 76ers, según los
“especialistas” iban a tener su peor temporada y están 4-4 ahora. Reitero, nada
es seguro. Y lo que parecía seguro la noche del lunes pasado, claramente, no lo
fue. En el momento en el que el árbitro arrojó la pelota al aire para dar el
salto inicial y en los segundos posteriores, San Antonio se hizo amo y señor de
la cancha. Y comenzó el baile.
Los locales empezaron erráticos en ofensiva
pero bien en defensa, de la mano del joven MCW, que recaudó varios rebotes
defensivos, robos y bloqueos. No obstante, sus esfuerzos eran insuficientes y
los Spurs se mantenían constantes en ataque, aprovechando también la mala
puntería de los de Philadelphia. La defensa local, igualmente, duró poco. Si en
el partido anterior, contra los Knicks, el duelo fue parejo durante los
primeros tres minutos, acá fue igual. Con suerte, cuatro. Cuando Green (18
puntos en total, 5/7 de tres) empezó a convertir su medio de vida basquetbolístico
(los triples, claro está), el destino ya estaba sellado. El equipo de Popovich
se ponía 14-7 arriba, distancia que nunca recuperarían los locales. El
brasilero Thiago Splitter, sustituyó bien a Tim Duncan, desempeñándose
óptimamente en ambos extremos de la cancha. Los 76ers, confundidos por la
efectividad de los Spurs, no solo continuaron fallando tiros, sino que
empezaron a regalar pelotas fáciles. Manu Ginóbili y el italiano Belinelli,
gracias a esta situación, no tardaron en sumarse al festival de triples. Con el
paso de los minutos se pusieron 31-13 arriba, confirmando el momentum adquirido pocas horas antes en
Nueva York. Así terminó el primer cuarto.
Brett Brown arengó a su equipo para que saliera
a jugar el partido y por lo menos acercarse algo en el marcador. Efectivamente,
Evan Turner se puso el equipo al hombro, anotando varias de las canastas que
integraron la remontada de 10-0 de los 76ers. La cosa estaba 31-23. Pero este
episodio no se prolongó demasiado. Parker se abocó a terminarlo, desplegando su
repertorio de penetraciones a la llave rival y flotadoras. Danny Green, seguía
dejando caer sus triples en el aro contrario. En los locales se destacaban
Turner (20 puntos) y Spencer Hawes (17 pts), pero sus actuaciones nunca fueron
suficientes. Ginóbili, por su parte, se recuperaba de su sequía de triples.
Este periodo cerró 57-38 para San Antonio.
El partido podría haberse terminado en la
primera mitad, ya que los 76ers no lograrían acortar la ventaja. Más aún viendo
el inicio del tercer cuarto. Lejos de dormirse en los laureles, el equipo
texano salió muy afilado. Además de Parker, apareció Kawhi Leonard, el futuro
de los Spurs. Ambos se combinaron perfectamente para efectuar ataques rápidos y
contraataques, algo posible gracias a la juventud de Kawhi. Ya no había
partido. Los 76ers volvieron a su efectividad casi nula del primer cuarto y ya
apenas se esforzaban algo en defensa. Las avanzadas de San Antonio
prácticamente no tenían oposición. MCW se convirtió en el cerebro de su equipo,
distribuyendo asistencias, principalmente hacia Turner y Hawes. Pops aprovechó
para poner suplentes y para sentarlo a Manu y no gastarlo más en este partido,
lo que no le permitió al bahiense acumular más puntos en lo que fue su
resurrección desde la línea de tres. El cuarto terminó 83-64.
Turner intentado penetrar la triple defensa de SA. Fotografía: NBAE/Getty Images |
La última etapa fue más de lo mismo. Pops
continuó moviendo a la banca. Jugaron Nando De Colo, Patty Mills, Cory Joseph.
Nombres que habitualmente no tienen demasiados minutos de juego y a los que
estos partidos les sirven de mucho para adquirir experiencia competitiva. El
único del tridente característico de los Spurs en cancha era Parker, que no
tardó en salir y ponerse a observar el partido desde el banco. Básicamente, los
dos últimos cuartos se jugaron para la estadística. San Antonio ganó 109 a 85,
superando nuevamente los cien puntos y sumando otra victoria a su racha
ganadora que ya cuenta con 5 partidos. Además, mantiene el segundo puesto de la
NBA con 7-1, por detrás de los invictos Indiana Pacers.
“No estábamos jugando bien en los cuatro
partidos previos. Pero en Nueva York y acá, nos encargamos desde el primer
minuto. Lo hicimos parecer fácil”, declaró a la prensa Manu Ginóbili, que
terminó el encuentro con 8 puntos.
Los mayores anotadores de los Spurs fueron: Green
(18 puntos), Parker (14 pts), Leonard (13 pts), Belinelli (12 pts), Splitter
(11 pts), Mills (10 pts).
En Philadelphia, los que llegaron al doble
dígito fueron: Turner (20 puntos), Hawes (17 pts) y Wroten (13 pts). Por su
parte, el rookie estrella MCW, tuvo
su actuación más floja de la temporada con 8 puntos y 2/11 en tiros de campo.
Esta noche, San Antonio (7-1) recibe a los
Washington Wizards (2-5). Partido fácil para el conjunto de Popovich que se
consolida ya como firme candidato para quedarse mínimamente con la conferencia
del Oeste. Pero, nunca se sabe. Menos en la NBA.
Resultados de ayer: Milwaukee
Bucks 95-118 Miami
Heat; Wizards 95-105 Dallas Mavs; Detroit
Pistons 95-113 Golden State; New
Orleans Pelicans 95-116 Lakers.
Partidos a jugarse hoy: Bucks vs. Orlando
Magic; Houston Rockets vs. 76ers; Bobcats vs. Celtics; Raptors vs. Memphis ; NY Knicks vs.
Atlanta Hawks; Wizards vs. Spurs; Lakers vs. Denver; Pelicans vs. Utah
Jazz.
Comentarios
Publicar un comentario