¡¿Botox a los 7 años?!

En la antigua Roma el niño era tratado como un estorbo, el instinto maternal era casi inexistente. Tal es así, que eran criados por nodrizas o pedagogos. La adultez comenzaba para ellos a partir de los 14 años, de ahí en adelante adquirían el derecho de hacer lo que se les cantaba.

Uno pensaría que en la actualidad esta "adultización" repentina de los niños ya no es tan así como lo era en las civilizaciones antiguas, pero desgraciadamente, esto no ha sido superado ni mucho menos. John Irvine, un psicólogo infantil australiano, menciona varios factores que, justamente, representan la desaparición de la infancia en Occidente: “La inocencia infantil es reemplazada por la imagen de jóvenes precoces; la ropa distintiva de los niños está desapareciendo; los juegos infantiles son menos evidentes; el rango de delincuencia juvenil crece drásticamente; cada día más niños y jóvenes beben y se drogan como los mayores; los niños son los modelos mejor pagados; el niño cada día está más adultizado”.
En relación a todo este tema: una mujer, Sharon Evans, que vive en San Diego, California, le inyecta Botox a su pequeña hija, Bree, de tan solo 7 años. Y no solo eso, también le tatuó las cejas. Lo hace con la intención de que su hija pueda ingresar al mundo de la fama a una edad temprana. En principio, el tema del Botox lo habría escuchado de boca de otras madres en varios concursos de belleza y castings a los que lleva a su hija. Dice que esto la va a hacer famosa rápidamente ya que, en la actualidad, para llegar a la fama hay que empezar desde joven. El ejemplo a seguir, para ella, es Willow Smith (la hija del actor Will Smith) que tan solo tiene diez años y ya es una celebridad en los Estados Unidos. Otra de las razones que sostiene es que el tratamiento del Botox le va a permitir ahorrar mucho dinero en cuanto a productos de belleza, debido a que hace que la piel de su hija luzca más radiante y sana, y también evita que tenga arrugas en el futuro. Como último dato, basta con decir que contactó con 15 doctores para pedir consejo sobre el tratamiento y todos y cada uno de ellos se negaron rotundamente a ayudarla. Sin importarle la opinión de los profesionales, Sharon Evans prosiguió por su cuenta. Si les interesa el caso, acá está el link con el artículo entero, con testimonios de los protagonistas y toda la cosa, en inglés nomás:

Otro caso similar, también en los Estados Unidos, es el de una mujer que vive en San Francisco, que le inyecta Botox a su hija, Britney, de 8 años. Los pormenores son muy parecidos al caso anterior. La diferencia es que este caso fue difundido por la televisión estadounidense, en un programa llamado "Good Morning America". Obviamente, la controversia que surgió inmediatamente fue enorme. Varios especialistas sumaron sus opiniones al caso, diciendo que algo así puede traer un severo daño psicológico en el infante, de por vida.

Francamente, esto de adelantar la adultez me parece que se nos está yendo de las manos. Yo creo que hay que cumplir con las etapas de la vida que están psicológicamente definidas y socialmente aceptadas. Y si hay padres que les agarra el chiflete y tratan a sus hijos como ratas de laboratorio para lograr notoriedad entre el mundo de las celebridades, hay que hacerlos entrar en razón. Debería haber alguna ley que prohíba este tipo de abusos, porque en esta sociedad loca en la que vivimos, ya las normas morales y culturales (que teóricamente se aceptan y se incorporan implícitamente) no son de mucha validez para cierta gente. Dejemos a los niños la infancia, porque en la vida hay tiempo para todo.  

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