Mi Madrid Diario del Coronavirus Día 56: Grupo de riesgo
Hoy me enteré de que, si ya antes estaba en el
grupo de riesgo, ahora estoy absolutamente enterrado en él. Y entiendo que
puedo tomar todas las precauciones necesarias, que puedo quedarme encerrado en
mi habitación, que puedo vivir lavándome las manos, usando barbijo (mascarilla o tapabocas), que puedo tomar la distancia de dos metros. Todo eso lo entiendo
perfectamente y lo aplico en mi día a día de la cuarentena; más teniendo en
cuenta que actualmente vivo con otras cuatro personas en esta pensión. Pero,
igualmente, tengo miedo. “Justo cuando pensé que estaba afuera, me obligan a
volver”, diría Al Pacino en El Padrino III. Y sí. Justo cuando pensé que me
había acostumbrado a pertenecer al grupo de riesgo, vuelvo a caer.
Como ya pudieron leer en publicaciones
anteriores (por ejemplo, ‘Dejar la sangre en Madrid’), yo padezco de
trombofilia congénita, una condición sanguínea que afecta a un reducido número
de la población general y que, dentro de ese selecto grupo, es muy raro que se
dé en gente joven. Sin embargo, acá estoy, cinco años después de que me la
detectaran en Estados Unidos, tomando pastillas todos los días, y en medio de
la pandemia del Covid-19 que, al parecer, afecta también a la sangre además del
sistema respiratorio.
Esta mañana me encontró leyendo un artículo de la BBC, al que llegué gracias al maravilloso mundo de Twitter, en el que dice
que “una de las complicaciones más preocupantes es la inusual formación de
coágulos sanguíneos en muchos pacientes con Covid-19, incluso aquellos que
estaban recibiendo anticoagulantes”. Palabras que, por supuesto, me dejaron con
la boca abierta de la incredulidad y con el semblante de la preocupación, de la
inquietud, y el miedo. Porque, además, el descubrimiento es reciente y quién
sabe qué más se va a descubrir al respecto.
En el medio, yo, que me vine solo a Madrid hace
casi siete meses con la idea de hacer un Máster y conseguir trabajo, buscando
oportunidades. Yo, que cuando comenzó todo esto de la cuarentena desde el
Centro de Salud me dijeron que estaba dentro del grupo de riesgo y que, si no
tenía complicaciones con los anticoagulantes, no me acercara a realizar los respectivos
controles con tanta periodicidad. Porque no era que el coronavirus me afectase
más por estar anticoagulado, sino que cualquier operación o intervención que
tuvieran que realizarme (en caso de contagio) iba a ser lógicamente más
riesgosa. ¿Y ahora? Ahora me vengo a enterar de que sí me afectaría más.
Entonces, esta mañana, después de haber leído
lo de la BBC pensé que capaz no era tan así. No podía creerlo. No quería
creerlo. Y seguí googleando. Enseguida, en los primeros resultados me saltó un
artículo de ayer, 8 de mayo, de la prestigiosa revista científica Nature, intitulado: “El misterio de los coágulos del Coronavirus se intensifica”. Y la
bajada: “Las investigaciones empiezan a entender los mecanismos detrás de la
mortífera complicación del Covid-19”. Quizás la traducción no sea exacta,
porque no soy traductor, pero el miedo es el mismo en los dos idiomas. Encima,
si se sigue leyendo, se menciona que los anticoagulantes no son muy efectivos a
la hora de prevenir coágulos en personas con coronavirus. Entenderán, pues, mi
necesidad de, al menos, expresar mi preocupación en este Madridiario.
¡Y yo que me venía preocupando por cuestiones
de la maestría y las prácticas! Hoy, todo eso pasa a un segundo plano. No es
fácil amanecer con una novedad de este estilo, estando encerrado en no sé ya
qué día de cuarentena. Y, para colmo, tener que confiar en que la gente allá
afuera respete las restricciones de esta fase 0 madrileña que, por lo que
escucho en la radio y leo en las redes, se las están pasando por el culo.
En fin, si bien ya esta semana se podía salir a
pasear y/o hacer ejercicio durante una hora, decidí no hacerlo y seguir
recluido. Primero, porque sabía que estaba en grupo de riesgo y que no era
conveniente en mi caso. Y segundo, porque me imaginaba que mucha gente iba a
salir desesperada a la calle, chupándole un huevo todo. Mi idea era dejar pasar
la novedad de esa primera semana para después poder salir más tranquilo. Como
pasa con los estrenos en el cine, que la gente enloquece con ir el día o la
semana del estreno, y ya a la semana siguiente no es tanto el quilombo.
Veremos cómo sigue la cosa y cómo sigo. Por lo pronto, es el quincuagésimo sexto día (¡y van...!) después de que el presidente español, don Pedro Sánchez, decretara el estado de alarma.
¡Tengan buena cuarentena!
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