El final de novela más poderoso de Stephen King
Este
posiblemente sea el mejor libro que me ha tocado leer en este 2019. Puede sonar
un poco apresurado y quizás cuando haga el balance a fin de año no ocupe la
primera posición, pero lo tenía que dejar por escrito. Por sí solo es un buen
libro. Como final de la trilogía de Bill Hodges es más que excelente. Un
Stephen King que se salió de su zona de confort para los primeras dos partes y,
en esta tercera, vuelve como una trompada de calidad a su más característica
forma de narrar. Sí, una mezcla de géneros, con personajes ya queribles, y una
trama intrigante e impactante. Sencillamente, no se lo pueden perder.
No sé si
leyeron las reseñas que escribí previamente (en inglés) sobre ‘Mr. Mercedes’ y
‘Finders Keepers’, las dos primeras partes de esta trilogía. Allí había llegado
a la conclusión de que la saga va creciendo, desde una historia policial común
hasta agregarle un toque fantástico/terrorífico. Eso, por supuesto, con el
aditivo del gran desarrollo de los personajes (con temas como la amistad, la
pérdida, la perseverancia, la vida y la muerte), las diferentes historias que
se entrecruzan, y la expansión de ese pequeño toque mencionado que pasa a ser
un aspecto central en la novela.
Sí, vuelven
Bill Hodges (ya viejo, como el mismo autor) y el asesino Brady Hartsfield a
batirse en un duelo físico e intelectual, que fue lo mejor que tuvo Mr.
Mercedes. Y también vuelve, pero haciendo una apuesta mayor, la narrativa bien
‘kingiana’; con esto me refiero a fantasía, terror, drama. ¿El resultado? A mí
parecer, el final de una trilogía que fácilmente puede ser lo mejor que haya
escrito King en este último tiempo, sobre todo, teniendo en cuenta que se salió
bastante de su zona de confort.
El villano
Hartsfield,
o Mr. Mercedes, se ha metido indudablemente entre la lista de los mejores
villanos en la bibliografía de Stephen King. Esto quiere decir que es un ser
verdaderamente odioso y, a la vez, lo suficientemente astuto como para hacer
estragos durante tres libros seguidos. Y no solo eso, el hecho de que esta sea
la parte con más ‘factor King’ de las tres, eleva a Hartsfield a un plano de
impredecibilidad que lo hace todavía más terrorífico.
Además, la
planificación de su idea macabra y cómo la va llevando a cabo es alucinante.
Una idea con la que el autor también nos pone de lleno frente a una
problemática bien actual y relevante, dándole visibilidad, que tiene que ver
con el poder que ejercen las redes sociales en los jóvenes y hasta dónde pueden
llegar si no las usamos como corresponde. Desde la simple acción de hablar con
extraños hasta el suicidio.
El final
Sin
spoilearles nada, el final de ‘Fin de guardia’ puede coronarse tranquilamente
como uno de los mejores finales de Stephen King. Me dejó tambaleando tanto o
más que el de la saga de ‘La torre oscura’, lo que es decir mucho. Quizás King,
muy criticado por los finales que decide escribir, se esfuerza un poco más para
los de sus series. En este caso, es el cierre perfecto para una trilogía que
destaca aún más por la suma de sus partes que por cada entrega individual. Uno
aprende a querer a los personajes y a odiar a Brady Hartsfield.
Otro
detalle, que me pasó también con ‘La noche de la Usina’ de Eduardo Sacheri, es
que en el título ya se pone al descubierto una pista que te da un indicio de
cómo va a terminar todo. Aunque por ahí el inconsciente de uno se empeñe en
obviar esto y mantener la esperanza hasta el final (y King colabora
exitosamente en mantener esa llama viva a lo largo del relato), la sospecha persiste
como un pájaro carpintero, golpeando y golpeando el tronco de nuestra mente.
En
definitiva, es una historia sobresaliente, que combina lo mejor de las
anteriores y lleva la trama a otro nivel. En ‘Fin de guardia’ lo tenemos a King
volviendo a sus cimientos después de haber explorado con éxito otros géneros
que no le son tan comunes y el producto final es espléndido. Nunca mejor dicho,
es uno de esos libros que te revuelve la intriga a cada página.
Una frase: “Tiene la certeza de que miles de suicidios se
han incubado en el potente caldo de las redes sociales, donde los trols campan
a su aire y el acoso es interminable. Eso sí es el poder de la mente sobre la
materia”.
Mi calificación para el libro: 5 estrellitas. Le pondría más, eh,
pero el máximo es cinco.
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