“La tumba de Verne” como fuente de conspiraciones

Déjenme empezar diciendo qué cantidad de sentimientos encontrados me dejó esta novela, por favor. Como gran seguidor de Julio Verne, me llamó la atención el libro “La tumba de Verne” de Mariano Fernández Urresti, desde que lo vi ahí, mirándome en la librería. Cometí el ¿error? de llenarme de expectativas antes de empezar a leerlo y quedé algo decepcionado. ¡Pero (y valen los signos de exclamación), aprendí un montón de cosas que jamás hubiera imaginado de don Verne que al día de hoy me sigue sorprendiendo! Y eso fue lo que me terminó enganchando, más el trasfondo histórico que la trama en sí misma.


Se trata de una novela histórica que combina mito y realidad de la vida de Julio Verne en un marco de conspiraciones y sociedades secretas. Muy al estilo Dan Brown pero alejado de la religión y abordando, en este caso, la misteriosa vida de quien para mí es uno de los mejores autores del siglo XIX. ¿Cómo hizo Verne para predecir el futuro? ¿Cómo se adelantó a la invención del submarino, del viaje a la luna y de tantas otras cosas? Bueno, en “La tumba de Verne” se esgrime una explicación fantástica mientras que, a la vez, se ventila al gran público curiosidades sobre el prolífico autor francés.

Y es que es cierto, existen una infinidad de teorías que intentan explicar cómo Verne escribió sobre los temas que escribió mucho antes de que en verdad ocurrieran. Desde que era dueño de una máquina del tiempo hasta, como se retrata en la novela, que era integrante de una sociedad secreta: la “Sociedad de la Niebla”. Aparentemente, una sociedad mucho más poderosa que la masonería, que los rosacruces, que los Illuminatti, fundada en el siglo XVI y que retomó su actividad en el siglo XIX. Verne, atraído por el mismísimo Alejandro Dumas (el autor de ‘Los tres mosqueteros’), fue miembro de esta orden que buscaba imponer la primacía de la ciencia en la sociedad. En teoría, eran ellos los que le tiraban la data sobre los próximos inventos. Creer o reventar.

En mi opinión, ese es uno de los puntos fuertes de la novela. Hilvanar hechos reales, documentados, sobre la vida del autor, con ficción, utilizada para dar una explicación verosimil a las incógnitas ‘vernianas’. Por ejemplo, por qué un sobrino de Verne le disparó dos veces en marzo de 1886, o la particular tumba que se hizo construir en el cementerio de La Madeleine, en la ciudad francesa de Amiens. Esa rigurosidad en los detalles, quizás un digno homenaje que le hace Urresti a Verne (quien también detallaba todo), sumado a las teorías conspirativas que abundan alrededor de la figura del autor francés, realzan el nivel de la historia.

Entre las flaquezas del libro, le falta ritmo, cadencia, al desarrollo de la trama. Sobre todo en lo que hace a la primera parte. Te dan ganas de comprarle unas bujías Hescher para que arranque de una vez (perdón por el chivo, pero me moría por poner eso). Por otra parte, los personajes están demasiado encasillados en sus roles, algo que los hace previsibles. Y, por último, el final. La alegoría perfecta es estar preparándote días para dar un gran salto y terminar dando un saltito para jugar a la rayuela. Y ni siquiera a una rayuela tan copada como puede ser la de Cortázar. No obstante, estas contrariedades se compensan en cierta medida con la rigurosa documentación y datos reales con los que se juega en todo momento.

Es más, le agregaría a los aspectos positivos que es un buen libro para iniciarse (en la logia) con Julio Verne. O bien, como me pasó a mí, de seguir leyéndolo. Tengo la esperanza de, en algún momento de mi vida, terminar de leer sus más de 60 novelas. Asimismo, ahora me genera muchísima curiosidad leer su primera novela “Las violetas del Círculo Sherlock”, que mezcla a Sherlock Holmes con Jack el Destripador. A priori es una ecuación atrapante ¿no?

En conclusión, “La tumba de Verne” es una novela histórica de conspiraciones que gana mucho por la rigurosa documentación y los hechos reales sobre los que construye sus cimientos. Los personajes y la trama en sí me resultaron, más bien, regulares. Igualmente, es una buena novela una vez que se supera la primera parte. Una vez que arranca. Y para los que pueden viajar a Francia, lugar fijo a visitar, la curiosa tumba de Verne. 

Mi calificación para el libro: 3 estrellas. Buena. Si te gustan las historias de conspiraciones, es para vos. 

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