La final de la Copa Libertadores: “Una vergüenza todo”
En algún
momento esta larguísima final de la Copa Libertadores entre Boca y River debe
terminar. Si sigue extendiéndose es probable que se jueguen varios partidos más
en distintas ciudades del mundo. Sería como darle la vuelta al globo en 80
superclásicos. Donde hubo expectativa y mística, ahora queda el negocio. Dos
equipos sudamericanos debatiéndose (en una marejada de dudas) el dominio
futbolístico del continente americano pero en España, en Madrid. ¿Bizarro? Sí.
¿Negocio? También. Y mientras hay hinchas indignados, y otros que no tanto,
Juan Tolva, el mozo que más sabe de fútbol nos comparte su opinión. Porque no
podía faltar.
“Una
vergüenza todo, desde el día en que pasó, cómo se manejó, las resoluciones, la
postura de los presidentes, todo”, dijo Tolva, mientras limpiaba la mesa y
levantaba unos platos que habían quedado del comensal anterior. “Clara y
objetivamente, de acuerdo al reglamento, es responsabilidad de River, hay
testimonios y videos que prueban claramente las agresiones para con el micro de
Boca, contra la ambulancia donde va el jugador de Boca”.
Después de
volver con mi café y un par de medialunas, la siguió: “Y en el partido del gas
pimienta, en La Bombonera, fue solo una persona la que agredió a los jugadores
y hubo una sanción tremenda, y ahora casi nada; está bien, pueden argumentar
que eso fue durante el transcurso del partido, pero esto, quieras o no, lo fue
también, porque en estas instancias los partidos son de 180 minutos, entonces
la final ya había comenzado”. Y añadió: “Pero qué se le va a hacer, la Conmebol
es un papelón, el Tribunal de Disciplina, que se supone que es independiente,
es otro papelón; y como ya sabemos todo queda en los arreglos y manejos donde
el deporte deja de importar y lo que importa es el negocio”.
Y así
seguimos un largo rato, analizando la situación. Él me tiraba sus puntos de
vista a medida que iba atendiendo al resto de la clientela del lugar. En una de
esas idas y venidas, con la bandeja en alto, me comentó lo siguiente: “La gente
que sacó entradas para ver a River y que pagó x cantidad de plata, va a recibir
una compensación, pero sea cual fuere no es lo mismo porque no van a ver el
mismo partido y no compensa lo que hubiese sido ver esa súperfinal”. Acto
seguido, agregó: “¡Pensá en la plata que le va a quedar a los clubes! Es un
partido en España, con plata que se cobra en euros, en un estadio con mucha más
capacidad que los de Argentina, y ni hablar de merchandising; la plata que
también le queda a la Conmebol”.
Como siempre,
el café y las facturas estuvieron geniales. No les voy a decir qué bar de
Palermo es para que no me lo quemen. Pero como si toda la charla anterior fuera
poco, Tolva me siguió la charla hasta la puerta, como si fuera necesario para
él sacarse el tema de adentro, dejarlo salir. No creo que todos los clientes
del bar le presten oído a las opiniones futbolísticas de un mozo. Perdónalos,
no saben lo que hacen.
Mientras me
abría la puerta me afirmó que lo importante para resaltar de todo esto son dos
cosas. Una, “algo que ya sabemos todos pero que a veces se nos olvida” es “el
desastre que somos como personas”. Según Tolva, en Argentina se enmascara en la
pasión una “locura infernal” que en definitiva es el desprecio total hacia la
integridad física de otra persona. Y la otra es que el deporte en sí, el
fútbol, ha perdido el valor que supo tener en el pasado. Hoy a los únicos que
les importa es a los verdaderos hinchas, al futbolista amateur, al que disfruta
el deporte en sí. Y concluyó: “Pero hoy los futbolistas no son cuidados como
tienen que serlo, los reglamentos no se respetan porque no es negocio, toda la
motivación que se tiene es la plata que mueve el fútbol, y los que dirigen lo
hacen para su beneficio personal y en el nombre del ‘fútbol’ entre comillas, un
‘fútbol’ que no sabemos qué es hoy en día”.
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