Reportaje #8 - Esteban Soto: “Con la bioconstrucción se vive de otra manera, con otra energía”



Hablar con él es garantía de que te den ganas de ponerte a construir cosas, casas, barriles gigantes con ruedas, hacerte una huerta gigante, inventar lo que sea. Algo parecido a cuando, después de ver las pelis de Rocky, te dan ganas de salir a correr las calles de Philadelphia y terminar subiendo las escaleras de su Museo de Arte. Y es que esa impronta creativa contagia. Hasta su casa, hecha con Superadobe, y que con su domo y redondez parece digna del famoso hobbit Bilbo Bolsón, transmite esas buenas vibras. Estamos hablando de Esteban Soto, uno de los mayores exponentes de la permacultura y la  bioconstrucción en la zona norte del Gran Buenos Aires. De la localidad pilarense de Villa Rosa para el mundo.


De aquí la primera pregunta que se desprende y que ya se estarán haciendo en vuestras cabezas: qué carajo es la permacultura. Y la bioconstrucción, y el Superadobe. Confiamos en que al final de este reportaje, entiendas un poco más sobre estas distintas técnicas que, más que eso, hacen a un estilo de vida. Por lo menos así lo ve Esteban: “Es un estilo de vida y está basada en algo fundamental que es la conciencia del entorno; y para mí lo más importante es eso, eso fue lo que pensé cuando decidí dedicarme a construir casas con tierra, en respetar el medioambiente, en las plantas autóctonas, en usar agentes no contaminantes”.

El término ‘permacultura’ fue acuñado por primera vez en Australia, en 1978, por Bill Molison y David Holmgren. A grandes rasgos, se refiere a un sistema de diseño que busca la creación de asentamientos humanos sostenibles, ecológicamente sanos y viables en materia económica. Dentro de la permacultura está la bioconstrucción, área en la que nos atrevemos a asegurar que Soto es un distinto. Especialmente en la técnica del Superadobe. Ésta es una forma de construcción que se basa en bolsas tubulares rellenas principalmente de tierra y cal (también con piedras y cemento, aunque en menor medida). Todo de un bajo impacto ambiental, que es la razón de ser de la bioconstrucción.


Fue una forma de edificación que le cambió la vida a Esteban Soto, quien además afirma que “se vive de otra manera, con otra energía” en comparación con una casa construida tradicionalmente. Y él sabe de eso porque laburó en obra muchos años, aprendiendo un poco de todo: herrería, carpintería, albañilería, etc. Cuando tenía 32 años recién empezó a descubrir el tema de la construcción con tierra y tuvieron que pasar otros diez años más de arduo aprendizaje para que se animara a llevarla a cabo. Ahora, a sus 47, no tiene pensado volver a usar jamás el estilo tradicional para sus construcciones.

Matías Dice (MD): ¿Cómo fue ese paso de la construcción tradicional al Superadobe?
Esteban Soto (ES): Lo que yo logré es unificar las dos cosas. Porque las construcciones tradicionales tienen muchísimo mantenimiento. La idea era poder lograr una casa económica, que cumpliera con todas las funciones que tienen estas construcciones, que son térmicas, acústicas, altamente resistentes a los sismos, antibalas (son paredes de masa de 42 centímetros de ancho). Es una construcción que, por su forma, trabaja con la fuerza de gravedad y por su mismo peso se van asentando solas. Y la verdad es que desde hace cinco años que estamos viviendo acá y, como te decía, se vive de otra manera, tiene otra energía la casa, no es lo mismo que una tradicional; es más, la gente que nos viene a visitar no se quiere ir.

Como señaló Soto, las casas de Superadobe tienen varias ventajas: conservan el calor en invierno y son frescas en verano, los muros de tierra funcionan como aislación acústica, además de ser antibalas e ignífugas, no se requiere el uso de energía para la construcción, y es una variante muy económica, con cero residuos. El Superadobe es una técnica creada por un arquitecto iraní, Nader Khalili, en 1984, en respuesta a un pedido de la NASA. En ese entonces, el organismo aeroespacial estadounidense estaba buscando ideas para futuros asentamientos en la luna y en Marte. Así comenzó, usando la tierra de cada lugar para rellenar las bolsas. De ahí en adelante, la técnica se viene usando en distintos países del mundo. Khalili luego fundaría el CalEarth (el Instituto de la Arquitectura de laTierra de California, en Estados Unidos).

MD: Voy a hacerte una pregunta bien a lo Fantino. ¿Te considerás el Nader Khalili de zona norte?
ES: No, no, ni a palos. A mí me falta mucho por aprender. Cuanto más aprendés, te das cuenta de que no sabés nada. Entonces es un continuo aprender todos los días y de todo el mundo. Yo he tenido oportunidad de trabajar con italianos, con paraguayos, con bolivianos, he laburado con mucha gente y de todo el mundo se aprende algo.


El reconocimiento a través de internet

Soto alcanzó cierto prestigio a nivel internacional gracias a las redes sociales, sobre todo a nivel latinoamericano. Sin él haber salido del país, lo contacta gente de Brasil, de Colombia, de Chile, toda del ambiente de la permacultura y la bioconstrucción. “Las dos obras que hicimos acá en Villa Rosa se publicaron día a día los avances en las redes, entonces llegamos a un montón de gente y como hacíamos las cosas de otra manera, se hizo bastante popular”, comentó.

“Cuando hice estas casas rompí con un montón de reglas que ellos tenían que eran sí o sí de esa manera con las técnicas del Superadobe, las cargas de peso, etc; y lo que yo hice fue unificar técnicas de la construcción tradicional con la natural y así se pueden lograr otras cosas, siempre y cuando se use el sentido común, claro”, refirió Soto. “El domo de adelante de la casa entero pesa alrededor de 50 mil kilos, es mucha masa, por eso es que este tipo de construcciones las tenés que ir armando todas enteras, no por partes porque después se desfasa y es peor; son casas que las armás sin plano, la tierra va pidiendo terreno y va tomando forma sola”.

Casas que puede hacer cualquiera

Y esto de que se arman sin plano da indicios de lo que para Soto es un estandarte: con este tipo de técnica, las casas las puede hacer cualquiera. “Hombres, mujeres, los chicos también colaboran, es espectacular ver a chicos y grandes chapoteando en la tierra, en el barro; estas construcciones se las vive de otra manera, son terapéuticas, siempre se está en contacto con el otro, sí o sí hay charlas interminables porque no se está con el teléfono en la mano todo el tiempo”, argumentó.

“Es más, estas casas se hicieron con gente que no sabía nada, la mayoría de los chicos vinieron a laburar para aprender y la idea era darles una herramienta para que tuvieran para salir a trabajar de cualquier cosa; porque si bien son casas naturales, los conceptos básicos de trabajo son los de cualquier obra, entonces acá aprendieron carpintería, herrería, vidriería, la mezcla de la tierra… algunos lo aprovecharon y otros no”, continuó.



MD: ¿Qué hacés cuando no estás construyendo?
ES: Siempre estoy trabajando. Yo hago de todo un poco que no sea tradicional, porque a mí me gusta mucho innovar, crear. Hice un barril gigante para vender cerveza, ahora estoy con un vagón. Aparte soy diseñador gráfico e integral de interiores, estoy haciendo diseños de locales en distintas partes de Buenos Aires. Siempre estoy con algo porque si no me aburro. Todo bien con internet, con la tele, pero prefiero estar afuera haciendo cosas, pensá que tengo una huerta enorme y para mí es muy importante. En el verano no pasamos por la verdulería, tenemos lechuga, albahaca, seis tipos distintos de calabazas, espinaca, papa… es una forma de ahorro. A veces no entiendo a la gente que pide que le den casa, tierra, todo, y la verdad es que tienen que probar poniendo algo de su parte. Vos tenés que escalar, hermano, nadie te va a tirar una soga; la idea siempre es no quedarse.

MD: La última pregunta. Como el blog también tiene que ver mucho con los libros. ¿Hay alguno que te haya marcado o que recomiendes?
ES: Sí, “El arquitecto descalzo”, del holandés Johan Van Lengen. Es un librazo, es increíble y sumamente interesante. Es mi libro de cabecera en lo que es construcción. Más allá de la parte técnica, te habla de lo que es la permacultura, la conciencia con el entorno, cómo aprovechar el tema de los vientos, de la luz natural, te da recomendaciones para hacer las ventanas, la orientación de la casa. Hay un montón de items como para tener en cuenta y está muy bueno.

La casa de Esteban en Villa Rosa, Pilar.
Entonces si queremos empezar a pensar en hacernos nuestra propia casa utilizando las distintas técnicas de la bioconstrucción, ya tenemos un libro como para echarle un vistazo. O, si no, más fácil, lo buscamos a Esteban, siempre presente en supágina de Facebook, Bioconstrucción Casapueblo.

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