Pulgares arriba para ‘Los rebeldes de Crow’, pero hasta ahí nomás
Confieso
que lo compré solo porque estaba barato en la feria del libro de Pilar y me
había gustado la tapa. Me llevé una sorpresa después con ‘Los rebeldes de
Crow’, del español Javier Márquez Sánchez, porque me terminó gustando. Igual,
definamos eso. Sigue siendo una novela juvenil que pudo haber dado mucho más
(porque la idea de la trama es fantástica) pero en algún punto pierde el norte.
No obstante, realidades paralelas, una sociedad distópica, y constantes
referencias a películas, videojuegos y Beatles, creo que vale la pena para leer
en vacaciones.
La historia
sigue la vida de tres adolescentes, Sara, Álex y Ray, que dedican su tiempo
libre al arte de la exploración urbana. Es decir, meterse sin que nadie los
llame a edificios abandonados para ver qué onda. Les tienta saber la historia
de esas viejas estructuras y las historias que pudieron o pueden esconder.
Hasta que en uno de esos edificios se encuentran con algo que, literalmente,
cambia sus vidas. O las intercambia con otra realidad que también existe en la
que todo es mejor. O peor. Según desde dónde lo mires.
Eso último
es lo mejor que tiene el libro. Y aunque, a mi juicio, podría haber sido
cimiento de algo mucho más piola de lo que al final terminó siendo, creo que
vale la pena destacarlo. Imagínense una realidad paralela, en otra dimensión,
en la que todos existimos físicamente tal cual somos pero que nuestro
comportamiento difiere radicalmente. ¿Y por qué? Porque en esa otra realidad,
la bondad es vista como una debilidad y hasta castigada por la ley por un
Tribunal del Orden Moral (¿guiño a 1984, capaz?). Ergo, reina la violencia y si
te cagan a palos por cualquier pavada, nadie intercede, porque es algo normal.
Y todo ese cambio fue culpa de un empresario que vende armas a los gobiernos.
Porque, en definitiva, las guerras solo benefician a los que venden el
armamento.
Resulta que
los pibes caen en esa otra realidad, casi de casualidad, y ahí comienza la
aventura. Sin embargo, como ya les vengo adelantando, es como si la novela
tomara impulso y nunca llegase a pegar el salto de calidad. Se queda ahí,
avanzando en la historia pero sin ahondar en una trama que sin dudas tiene
muchísimo para dar, con diálogos acartonados y superficiales, y con ciertas
lagunas argumentales. Con lo que sí logra recuperar un poco el brillo es con
los detalles. Las referencias a los Beatles, por ejemplo, a mí me resultan
geniales porque soy fan. Lo mismo con los guiños a videojuegos como Resident
Evil; o a películas, como cuando uno de los personajes tiene que dar un
discurso motivacional antes de una batalla y parafrasea a Mel Gibson en
‘Corazón Valiente’. Parecen ser cosas pequeñas, pero son destellos que suman.
En fin, una
obra juvenil entretenida que podría haber sido mucho mejor. Con un comienzo muy
prometedor que en algún momento va perdiendo impulso, la inercia no le alcanza,
y va perdiendo calidad a medida que va avanzando. De todos modos, es una
lectura agradable y tranquilamente puede mantenerte enganchado un tiempo
durante las vacaciones. ¿Lectura ligera? Sí. ¿Recomendable? También, aunque
quizás es mejor si se lo regalás a alguien menor de 20 años.
Mi
calificación para el libro: 3 estrellitas.
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