Mis claves para que empieces tu podcast
Las Tres T
La regla de ‘las Tres T del podcast’, que acabo
de inventar, pone sobre la mesa tres aspectos clave a definir antes de
ponernos a laburar. Y son, por supuesto, el tema de nuestro podcast, la
extensión de sus episodios, y el nombre que le vamos a dar. Tres aspectos que,
desde el vamos, pueden marcarte el camino hacia el éxito o hacia el fracaso;
aunque, claro está, con muchísimas excepciones porque esto todavía no es una
ciencia y nadie tiene la fórmula del éxito.
Tema
Hablemos, entonces, del primer punto: el tema.
Es de primordial importancia definir bien el tema en el que nos vamos a centrar
y cuanto más específico sea, mejor. Recordemos que los podcasts son como las series
on-demand pero en sonido; la audiencia podcastera ya no quiere tragarse varios
programas de, por ejemplo, una radio generalista, sino que va en busca de lo
que desea. Y si lo que desea es un podcast tan específico sobre cómo escribir
bien con la mano izquierda siendo diestro, pues ahí tenemos que estar. Más allá
de lo exagerado del ejemplo, es eso, ir a lo específico, al nicho, porque ya
existen un montón de podcasts y, entonces, la gente tiene que saber más o menos
de antemano con qué se va a encontrar.
Y con el tema, viene el formato. La gran F
oculta en nuestra flamante regla inventada de las tres T. Antes de tirarnos a
la pileta de la creación de contenido podcastero, tenemos que pensar en el cómo
vamos a tirarnos. Si va a ser de debate, de entrevistas, de consejos, de
información. Si va a ser completamente guionado o más conversacional. En mi
corta experiencia, he observado que en Argentina la tendencia es a hacer
podcasts más conversados y con cierta improvisación (es decir, se tiene en
claro la idea de lo que se va a hablar, pero no exactamente cada palabra), algo
que le da naturalidad. Mientras que, en España, tanto en radios como en la
actividad podcastera, he comprobado que está todo bastante guionado y
estructurado; algo que brinda más seguridad y más facilidad al momento de la
posproducción. En este caso, está en la habilidad de los radiofonistas el imprimirle naturalidad a lo guionado. Obviamente, puede haber muchas excepciones, pero esa es mi
percepción a grosso modo.
Tiempo
La extensión de nuestro podcast es casi tan
importante como la designación del tema. Porque no es lo mismo sentarte a
producir episodios de 20 minutos que episodios de una o de hasta tres horas.
Sobre esto, vale la pena aclarar que no hay una duración predeterminada, ni una
que necesariamente funcione mejor que otra. Como siempre, todo depende de
nuestro público. Hay podcasts que duran cinco minutos y podcasts con episodios
que han llegado a durar más de 30 horas. Como en la vida, bajo el cielo sonoro
podcastero hay de todo.
No obstante, sí hay algunas normativas
generales que, si recién estás empezando, te pueden servir para organizarte y
vislumbrar mejor el panorama. En lo personal, te recomiendo que la extensión de
tu podcast se ubique entre los 20 y los 45 minutos. Ya después de los 45-50
minutos se hace largo y puede llevar a que pierdas audiencia. Por otro lado,
los que saben dicen que la duración ideal de un podcast es de más o menos 20
minutos, que es lo que tarda una persona durante un viaje promedio en auto o en
transporte público. En definitiva, si estás dudando, siempre es mejor que sea
más corto a tener que estar rellenando un episodio.
Y aquí vale la pena detenerse en algunos
detalles, relacionados también con el uso del tiempo. Yo soy partidario de, al
comienzo de cada episodio, añadir un pequeño adelanto de 30 o 45 segundos sobre
lo que va a tratar el capítulo. Nuevamente, para que el oyente sepa en qué se
está embarcando. Y, por otra parte, no perder mucho tiempo al principio
saludando como en los programas de radio tradicionales, sino que intentar ir al foco de
la cuestión lo más rápido posible. Total, menos tiempo de esas formalidades que
al escuchante no le interesan tanto, es más tiempo de contenido que sí le
interesa.
Título
Y la última T de nuestra regla: el título.
Consecuentemente con lo expresado en relación a la especificidad del contenido
y con el hecho de que el oyente tiene que saber enseguida con qué se va a
encontrar, el título cobra una relevancia enorme. Para usar un ejemplo propio,
y creo que expresa la idea bastante bien, en el podcast ‘De Fútbol y Libros’ (en
el que me ocupo de la parte literaria y de la edición) ya se imaginarán de qué temas hablamos.
Ni siquiera hace falta explicarlo. Por supuesto, ante un título menos simple y
con un poco más de libertad creativa, siempre se puede hacer uso de un buen
slogan y también funcionaría bien.
¿Qué recursos utilizar?
Una vez zanjadas todas estas cuestiones
preliminares, vamos al aspecto técnico. Primero, debo aclarar que las
herramientas no tienen que ser impedimento de nada. Es preferible arrancar con
lo que se tenga y después ir mejorándolo sobre la marcha que excusarse por no
tener el material ‘adecuado’. Sin embargo, si se quiere iniciar con algo más o
menos piola, mi recomendación es invertir en una buena grabadora (una Olympus,
Tascam o Zoom) o, en el micrófono estandarte de la podcastería mundial, el confiable
Blue Yeti.
Tampoco debemos perder de vista el ambiente en
donde grabamos, ni otras cosillas que también hacen la diferencia, como es el
famoso filtro antipop o antiviento. Este filtro es una especie de pantalla de
tela que se pone delante de los micrófonos para apaciguar sonidos fuertes al
momento de pronunciar ciertas letras como la ‘pe’. Si no podemos comprar uno,
como es mi caso, enfundar el micrófono en una media de tela genera un efecto
similar y ¡quién no tiene una media en casa!
Con respecto al ambiente, si no disponemos de
un estudio de grabación, tratar de hacerlo en lugares de la casa donde menos
rebote el sonido. Una habitación alfombrada, con pocas ventanas, que las
ventanas tengan cortina, que el techo no sea muy alto. Por ejemplo, en mi
habitación de casa, en Argentina, descubrí que tener tres bibliotecas llenas de
libros sirve bastante bien también para aislar el sonido y reducir el eco. Y si
no, siempre está la vieja y confiable de sentarse dentro o de cara al placard. Al armario de la ropa. Para muchos especialistas, y lo he comprobado aquí en España, es el
mejor lugar de la casa para grabar. ¡Si no lo probaste nunca, te vas a
sorprender!
Difusión
Por último, cuando ya lo tenés todo preparado, falta pensar en la difusión. ¿Por dónde te conviene compartir tu podcast? Hay muchísimas plataformas. Acá en España es muy popular iVoox, que es una de las comunidades podcasteras más grandes en español. No obstante, por las facilidades y recursos que brinda, mi recomendación es Anchor. Una plataforma completamente gratuita, adquirida por Spotify hace relativamente poco, y que, a diferencia de otras, no te pone restricciones para nada (ni en almacenamiento de capítulos online, ni en la longitud de los mismos, etc.). Además, una vez que suscribís tu podcast, te da la posibilidad de compartirlo automáticamente a otras varias plataformas como Spotify, Google Podcasts, Apple Podcasts, y más. Una función que, en otras aplicaciones, te ves obligado a hacerlo una por una y de forma manual, algo que se hace muy tedioso. En pocas palabras, en cuantos más lugares puedas estar con tu podcast, muchísimo mejor.
Eso es todo. Habiendo leído esto ya tenés los conocimientos mínimos e indispensables para producir un podcast y publicarlo. Ahora… ¡Manos a la obra!
¿Te interesa el mundo del podcast? Te invito a leer el reportaje que le hice a Ana Alonso, directora de Ficción en Podium Podcast, haciendo click acá.
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