La respuesta del cacique mbyá



¿Ustedes qué se imaginan cuando les digo aborígenes latinoamericanos contra españoles? Casi seguro, uno de los primeros pensamientos que se les viene a la cabeza es el ‘descubrimiento’ de América, la conquista del Nuevo Mundo, Colón, Cortés, Pizarro, ¿los vikingos?, la masacre indiscriminada de nativos, las tres carabelas, el intercambio de oro por baratijas, los dioses con armaduras brillantes provenientes del mar, la búsqueda de El Dorado, la cantata del adelantado don Rodrigo Díaz de Carreras de los Les Luthiers, la resistencia del aborigen nativo con sus lanzas, hachas, arcos y flechas, contra el fuego español. Claro, todo alrededor del 1500 en adelante más o menos (salvo Les Luthiers), siglo XVI. El relato de hoy trata sobre cómo un cacique del Litoral se le plantó a un español en pleno siglo XXI. ¡Chaque!


Todo surgió de una conversación que tuve en estos días con una gran amiga, licenciada en Turismo, orgullosa representante del Litoral. Y como a mí la vida me llevó a trabajar también en el área del turismo, cada tanto surgen charlas, y de esas charlas nacen historias increíbles. Como la del cacique.

Es que pasan los siglos y, si bien las conquistas sangrientas ya no son moneda corriente en nuestro continente, las diferencias entre Europa y Latinoamérica siguen siendo abismales. Antes te venían con los caballos, las armaduras y las armas de fuego y era “¡a la pucha!”. Ahora son la tecnología, las smart cities, las súper hiper mega técnicas de cuidado ambiental para combatir ese calentamiento global que Donald dice que es pura sarasa. En fin… Mientras en Europa tienen problemas de cómo las ciudades deben superarse en inteligencia; acá las ciudades se inundan, por decir solo una cosa. Y así.

Entonces, hay europeos que vienen con una idea de que el mundo es igual a sus hermosas y apacibles ciudades en las que casi todo funciona bien; y hay europeos que vienen advertidos de que esto es un safari. La anécdota del cacique pertenece al primer grupo. Y el cacique, con su respuesta, se consagró en nivel dios. Lean y decidan ustedes.

En una oportunidad, en esto de que vienen especialistas de afuera a dar capacitaciones, llegaron muy campantes unos especialistas españoles del turismo a la provincia de Misiones. El plan era dar charlas a diferentes grupos y comunidades nativas de Sudamérica, sobre cuestiones sociales de magnánima importancia. Y claro, el discurso preparado del español era todo color de rosas. Propuestas geniales que, quizás, en su país podrían funcionar de mil maravillas: derechos humanos, equidad de género…

En eso el ibérico no tiene mejor idea que preguntar por qué no había caciques mujeres. Acá nos detenemos y aprovecho para ponerlos en situación, como hace Sherlock Holmes con su palacio mental. Imagínense un salón en el que están reunidos, alrededor de una mesa, dos o tres especialistas españoles (rodeados de un aura positiva de impronta primermundista) y, por la otra parte, varios caciques mbyá guaraníes, fieles representantes de los pueblos originarios.

Ahora sí, continuamos. A la pregunta de las caciques mujeres, uno de los mbyá tomó la palabra y le contestó que antes sí había. Que antes sí había pero que cuando vinieron los españoles a ‘colonizar’, las violaban y las mataban, entonces esas comunidades se quedaban sin sus cabecillas; que, por eso, la mejor solución fue que hubiera solo caciques hombres. Vale destacar que en tiempos contemporáneos fueron surgiendo algunas caciques mujeres en la región, como para romper un poco con la costumbre machista.

No obstante, piensen qué difícil habrá sido para los españoles de las smart cities retomar esa charla de capacitación. No sé cómo siguió eso, pero como mínimo se deduce que para la próxima vez que vengan se asesorarán un poco sobre la realidad de las comunidades y ciudades de esta parte del mundo. Porque convengamos que el eurocentrismo ya quedó obsoleto.

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