'Mi enemigo mortal', pero no el mío, el de Willa Cather
Una novela corta, de esas que encontrás gratis en el Kindle cuando estás buscando qué leer. De esas que, sin tener ningún tipo de conocimiento previo, decís: ‘Y bueno, ya fue, a ver qué tal’. Y bum, te terminan zarandeando. Así fue mi experiencia con ‘Mi enemigo mortal’, de Willa Cather, esta novela ¿romántica? publicada en 1926 que me resultó tan profunda como diferente a lo que estoy acostumbrado a leer.
Es una historia de amor, de cómo la vida puede
cambiar de un momento a otro de acuerdo a nuestras decisiones, de perdón, de
nostalgia. Bah, de la vida en general y cómo vamos surfeando tanto las buenas
como las malas experiencias. Todo este bagaje de conceptos, son con los que
Willa Cather juega en este libro (de poco más de 100 páginas); y los combina en
la historia de Myra Driscoll, una mujer que renunció a la fortuna familiar para
casarse con el amor de su vida, Oswald Henshawe. Una decisión que, primero, le
da una vida llena de éxito y glamour, y que después, por diversas
circunstancias, la lleva a transitar la más extrema pobreza. Esta evolución la
experimentamos a través de los ojos de la joven Nellie, quien conoce a la
señora Driscoll desde sus inicios y se la vuelve a encontrar, de casualidad, en
el ocaso de su vida.
Realmente, más que recomendarla para que saquen
sus propias conclusiones, no tengo mucho para decir de esta novela. Es corta,
profunda, dinámica, interesante, romántica. Pero, al mismo tiempo, no es del
tipo de historias románticas sosas o empalagosas que están tan de moda en la
actualidad. No trata sobre amor juvenil, sino de esos amores que, bien o mal,
se llevan adelante durante toda una vida. Como los matrimonios de antes. Y creo
que eso es lo que le da su encanto a la historia, Cather nos hace digerir algo
así en poquísimas páginas. Y aún de esta forma, se sale con la suya, porque
resulta en una narración muy buena.
Otro aspecto que me gustó mucho fue la forma en
la que la autora utiliza a Nellie como narradora. Porque, desde su perspectiva
de ‘narradora testigo’, no provee al lector de una sobreabundancia de
información, sino que alude principalmente a lo que puede observar y deducir.
Por lo que, gran parte de la vida de la señora Driscoll queda ensombrecida en
lo desconocido, pero lo que sí se sabe o se logra averiguar, es suficiente para
marcarle el camino a la novela y sumarle una pizca de misterio e intriga. Así
que, sin dudas, gran elección de recurso narrativo por parte de Cather.
Amor, matrimonio, religión, nostalgia, errores
cometidos, arrepentimiento, perdón, pasión, éxitos, fracasos, la importancia de
las decisiones en nuestra vida. Con todo eso te vas a encontrar si decidís leer
esta novela. Así que, si estás preparado para transitar sensaciones más o menos
fuertes en una dosis de cien páginas, en este libro las tendrás a disposición.
Una buena opción si te gustan las historias románticas más profundas y
elaboradas que las típicas comedias románticas juveniles.
Una frase: “¿Conoces ese poema de Heine en el
que habla de que se encontró una lágrima en el ojo que no era del presente,
sino vieja, un resto de las que antes solía derramar?”.
Mi calificación para
el libro: 4
estrellas. Muy bueno.
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