La moneda de Akragas, una aventura a la italiana


La historia comienza yendo al hueso, con un hombre escapándole a una muerte segura haciéndose el muerto, justamente, bajo una pila de cadáveres en el asedio a la ciudad de Akragas (actual Agrigento, en Italia) perpetrado por los cartagineses en el año 406 a.C. Muchos años después, a principios del 1900, un médico rural encuentra una de las monedas de aquel antiguo superviviente, una pequeña moneda de oro. Y de esta manera comienza ‘La moneda de Akragas’, de Andrea Camilleri, una novela que combina aventura, misterio, y humor, en poco más de 100 páginas.

 

Esta es mi segunda novela de Camilleri, porque después de haber leído ‘Km 123’ me quedé con ganas de más. Y, si bien ‘La moneda de Akragas’ no me decepcionó para nada, vuelvo a quedarme con esas mismas ganas. Es como si fuera una droga, quizás me he convertido en adicto a Camilleri sin darme cuenta. Pero de una forma rara, porque sus historias me alcanzan a fascinar en un punto, en sus comienzos, en cómo va desarrollando la trama. No obstante, para cuando llega el final, se desmoronan. Esa es la sensación que me quedó con la primera novela suya que leí y ahora con ésta. De eso, ergo, surge mi renovada necesidad. ¿Es algo positivo o negativo? No lo sé, decídanlo ustedes.

 

Es una novela entretenida, graciosa, y cautivante en su brevedad. Con el ritmo narrativo justo para sumergirse en la historia de una forma amena y tranquila. Tanto que se te pasa volando. Además, los personajes están bien retratados, son simpáticos para el lector. Sobre todo, el protagonista, el doctor Stefano Gibilaro, quien además es un aficionado numismático, y que se nos presenta en sociedad cayéndose de un caballo. A partir de ahí, la historia evoluciona en una mezcla muy efectiva de realismo, surrealismo y un humor sutil, que es, a mi parecer, lo mejor del libro.

 

Por otro lado, también quería destacar el rol que juega la moneda de Akragas como objeto alrededor del cual gira el relato. Por momentos me trajo a la memoria el anillo único de Sauron, del viejo y conocido ‘Señor de los Anillos’ de Tolkien, y, asimismo, aquellas monedas malditas de la primera entrega de la película ‘Piratas del Caribe’. Un objeto que, al parecer, vive queriéndose escapar de sus dueños y atrae desgracias a lo loco. Un elemento que, sin lugar a dudas, Camilleri supo utilizar muy bien.

 

Por último, como comentaba antes, ya es el segundo final de este autor que no me termina de cerrar. En este caso, me dio la impresión de ser algo breve (en proporción a todo lo demás) y apresurado. Claramente, no me pareció que esté a la altura de las anteriores partes de la novela. Pero no por esto vayan a privarse de darle una oportunidad a la historia, porque de verdad es recomendable. Aparte, se consume con pasión en solo una sentada y pasás un rato maravilloso, quedándote con ganas de más. Otra vez.

 

Una frase: “Si uno es inteligente, lo es siempre. Pero puede darse el caso de que un hombre inteligente se comporte como un idiota. Sucede a menudo cuando se está enamorado”.

 

Mi calificación para el libro: 3 estrellas. Bueno.


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