El más maravilloso OASIS de videojuegos


La mayoría de ustedes probablemente hayan visto la película Ready Player One de Steven Spielberg. Y si más o menos coinciden con mis gustos cinéfilos habrán pensado ‘uau, qué buena peli’. Con eso en mente encaré la lectura de la novela sobre la que está basado el film, con miedo de que fuera la primera vez de que, en mi diccionario, una película superara a su libro. Pero no, contra todas las posibilidades, la obra de Ernest Cline le pasa el trapo a su versión de la gran pantalla y, sí, hay que decirlo, es todo lo que está bien. En este mundo y en el OASIS.


El argumento de la historia gira en torno a Wade Watts, un joven que dedica sus días a enchufarse al OASIS (un enorme universo de realidad virtual) como el resto de la humanidad. Es una forma de escaparse de un mundo que, en el año 2045, está en un estado deplorable. Cuando el creador de esa plataforma muere, deja como testamento un desafío dentro de ese universo. Quien sea el primero en completar ese desafío heredará su inmensa fortuna y el control del OASIS. Ahí empieza la novela. Y Wade no será el único que irá tras la pista de ese enorme premio, otros hasta matarían por ello, tanto en el mundo digital como en el real.

Confieso que antes de leer el libro, incluso antes de ver la película, pensé en cómo sería posible que me gustara algo basado en videojuegos. Por lo general, lo bueno de los videojuegos es jugarlos. Cuando los llevan a la pantalla grande, la cagan. Por eso siempre tengo sentimientos encontrados cuando pienso que alguna vez llegará Metal Gear Solid al cine. Pero volviendo a la novela, esa incógnita arrancó a picarme desde la primera página. Y, debo decir, Ernest Cline hizo un excelente trabajo. No pude despegar los ojos de las páginas.

Se trata de una novela ideal para los gamers y geeks contemporáneos, así como para los gamers y geeks de la década de los 80 y los 90. Como así también para los nostálgicos de estas décadas. Y eso es porque la punta del iceberg de la novela está forrada de referencias a los años 80 en cuanto a música, películas, videojuegos, etc. Incluso más que la película. Hasta tiene una conmovedora historia de amor. Pero más allá de eso, juega con algunos conceptos primordiales que van un paso más adelante de lo que te puede dar un primer análisis.

En primer lugar, como casi toda novela distópica, es una crítica a la sociedad actual. Esa locura por la tecnología que lleva a la gente hasta el punto de evadirse por completo del mundo real y las consecuencias que puede tener. La adicción a los videojuegos. Un tema que cada vez más se va poniendo en agenda, sobre todo con los avances de la tecnología que van haciendo a los videojuegos mucho más inmersivos.

En segundo lugar, el poder que las grandes corporaciones pueden llegar a alcanzar sobre el mundo digital y, en consecuencia, sobre la vida de las personas. Algo que ya vemos con Facebook, Google, Apple y otras empresas que utilizan la tecnología para el espionaje (les dejo el link a la intro de mi tesis de grado, algo relacionada a eso). En la obra de Cline, literalmente la vida de cualquiera puede depender de ello.

Y en tercer lugar, algo que me llamó mucho la atención, es el foco que le pone el autor (de manera subliminal) a la soledad y el aislamiento que puede generar la realidad virtual. A lo largo de la historia, es fácil distinguir cómo el protagonista se siente solo y tiene problemas para aceptar quién es, teniendo al OASIS como única escapatoria al rechazo y el abandono que experimenta en la vida real. Ahí, en el OASIS, todos pueden ser como quieran. No obstante, no todo es color de rosas. Porque pese a que en el juego pueden conocer gente y hacer amistades, éstas pueden no ser quienes dicen ser en realidad. Y, por otro lado, eso no quita el hecho de que fuera de lo sociables que puedan parecer en el juego, estén de hecho encerrados y solos.

Estos puntos, para mí, son esenciales al momento de encarar la novela y es, en mi opinión, algo que mucho pasan por alto. Más allá de toda esa nostalgia de los años 80, y de la atrapante e intrigante prueba que Wade Watts se ve obligado a superar, ‘Ready Player One’ pone la lupa en una problemática que sucede en la actualidad y que, seguramente, seguirá incrementándose.

Para terminar, hay que decir que la novela es por demás entretenida. Literalmente uno siente la misma ansiedad y excitación de Wade por avanzar a la siguiente etapa del desafío para quedarse con el OASIS, un sentimiento que se agranda con cada giro argumental (que tiene varios). Es una obra que, a primera vista, puede parecer superficial (por las referencias a los videojuegos, por la historia de amor, etc) pero que esconde varios temas que hacen a importantes inquietudes e incógnitas del mundo actual. Definitivamente, vale la pena leer este libro.

Una frase: “Había escuchado todas las advertencias clichés sobre los peligros de enamorarse de alguien a quien solo conocés por internet, pero las ignoré a todas”.

Mi calificación para el libro: 5 estrellitas.

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