Mi nombre es Seller, Best Seller

De Fontanarrosa, desde que lo empecé a leer, fueron los cuentos los que siempre me atraparon. Tal es así que desde hace un par de años que vengo persiguiendo esa colección de distintos colores que publicó una reconocida editorial allá por 2012 o 2013. Y así, casi sin querer, me di los anteojos contra una de sus novelas. ‘Best Seller’, se llama, las aventuras del mercenario sirio homónimo. Y si bien tiene tramos excelentes que son bien fontanarrosezcos, fontanarrosianos, fontanarroseros (elija usted el que más le guste), creo que por ahora me voy a quedar con los cuentos. 

‘Best Seller’ es el típico agente secreto devenido en mercenario que tiene un pasado bélico cuasimisterioso en el que aprendió envidiables habilidades de acción. Como Jason Bourne, Jack Reacher o Marcus Creasy, pero a nivel parodia. Una parodia tan seria que va en serio. Y con esto me refiero a que Fontanarrosa, con su suculenta y ligera prosa, logra ponerle esos condimentos de comedia e ironía (tan fructíferos en sus cuentos) a una historia bastante alocada pero que jamás pierde el hilo. Best Seller, tras lo cual quizás el autor pudo afirmar sin dudar que escribió un best seller, es una chance enorme de admirarlo a Fontanarrosa aplicando su mano cuentista en lo que fue su primera novela.

A partir de lo dicho, creo que la conjugación de la seriedad de una novela de espionaje y acción con las exquisitas ornamentaciones humorísticas que se suceden de forma natural son lo mejor que tiene el libro. Hay un fragmento en el que Seller pide un yogurt en el restaurante de un hotel que es sencillamente genial (es de esas partes que te quedan grabadas en la mente). Y como esa, otras situaciones que, si la imaginación os lo permite, generan sendas carcajadas. Por lo que asumo que el objetivo de la obra se cumple. Y hasta hay un Ejército de Liberación Femenina bastante radical que en algún punto me remitió a los pañuelos verdes que tanto pululan hoy por las calles argentinas. 

No obstante, y como me pasó (salvando las distancias de los géneros) con ‘Revival’ de Stephen King, uno siempre espera más de los maestros cuando están en su salsa, por así decirlo. En este caso, y quizás jugué mal yo por ir con cierta expectativa, esperaba encontrarme con una novela que me hiciera reír sin parar, como me suele pasar con sus cuentos. Porque si con un cuento te puede hacer cagar de risa, qué más voy a esperar con una novela, un escrito más largo, más power, con la posibilidad de multiplicar todo eso. Pero no. Simplemente me parece que el formato no le conviene. Y es que sí, tiene partes jodidamente geniales, escenas tan bizarras y absurdas que te abren la cabeza, y una gracia para describirlo todo que roza la perfección. Sin embargo, mantener tan alto vuelo durante más de 250 páginas no se puede. Ergo, hay pasajes que se hacen algo densos o en los que se nota el abuso de ciertos recursos, como el absurdo o la hipérbole.

Es por eso que, en mi opinión, lo mejor de ‘Best Seller’ está en el medio de la novela. No en el principio, que me resultó bastante lento, y no en el final, que me dejó con sabor a poco. De esos finales que dejan la sensación de que había que terminarlo de alguna manera y, bueno, salió esto. El clímax está en la mitad. Un claro ejemplo de que no importa tanto dónde estás o hacia adónde vas, sino la calidad del viaje. Tranquilamente les podría spoilear el final y no les cambiaría nada. Pero no voy a ser tan cruel en esta era en la que se dejan de apreciar historias magníficas por un spoiler.

En conclusión, es una buena novela para vislumbrar el costado menos popular de Fontanarrosa. Eso está buenísimo. Que los autores salgan de su zona de confort para aventurarse en algo diferente es positivo. Y como historia en sí, tiene lo suyo, tiene pasajes de un nivel extraordinario, pero no logra hacer perdurar ese excelso nivel a lo largo de todo el relato. Pero que te vas a reír, te vas a reír. Sobre todo con el yogur.   

Mi calificación para el libro: 3 estrellas. Una buena novela. Entretenida. Para pasar el rato y dejar escapar algunas carcajadas.