“Nunca dejes para mañana lo que puedes hacer pasado mañana”

Never put off till tomorrow what you can do the day after tomorrow.
Mark Twain




“Nunca dejes para mañana lo que puedes hacer pasado mañana”. Esta es una frase muy representativa. Se opone radicalmente a la “Nunca dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”. Bueno, hoy a veces no tiene todas las pilas como para dejarse hacer. Lo más importante que cabe valorar aquí es la paciencia. En ciertas ocasiones por apurarnos las cosas salen mal y después nos arrepentimos. Aún así, soy partidario de lo que una persona me dijo alguna vez: “Es mejor arrepentirse de algo que hiciste que arrepentirte de no haber hecho algo”. Sabias palabras.
No obstante, la clave sigue siendo la paciencia. No importa cuan loco estés por algo, más vale esperar un cacho, analizar la situación, pensar antes de actuar. Nunca sabés qué obstáculos pueden aparecer en el camino. Tampoco los sabrás si pensás demasiado, no es garantía de nada. Sin embargo, la paciencia da una confianza en tu decisión que, de otra forma escasearía. Ese día que retrasás las cosas puede ser el quiebre que te incentive a hacerlo mejor y más decidido mañana, o bien te puede hacer notar que en realidad era una decisión tomada a la ligera y que no merece llevarla a cabo.
La paciencia es una virtud. Mas todo tiene un límite. Mucha paciencia es de sabio e inteligente, demasiada y exagerada paciencia es de perdedor, de cobarde, de lento. Esta segunda variante disimula un dejo en la acción del sujeto. Así que es importante distinguir entre ambas. Muchos de nosotros hemos pasado por las dos, ya que la línea que las divide es susceptible de ser confundida. Que esta verdad no nos desanime. Uno aprende de los errores, de los propios, no de los ajenos. Los ajenos generalmente los vemos como algo que nunca jamás haríamos si nos encontrásemos en la misma situación que el que lo hizo… esa forma de razonar es una mentira más grande que una casa, muy probablemente haríamos lo mismo. Pero bueno, todos somos un poco narcisistas, o sino pregúntenle a Freud.
“Nunca dejes para mañana lo que puedes hacer pasado mañana”. Paciencia. Nada te obliga a hacerlo hoy, ni mañana. Vos sos el dueño de tus decisiones, de tus tiempos. El que te apure, mantenelo al margen con un “Sí, ya va”. No se va a morir por esperar un poco. Eso sí, que tanta paciencia no lleve a la inacción porque ahí todo se va al tacho.

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