Es cuestión de reírse nomás
Nada más y nada menos que eso. A unos puede costarle menos que a otros, pero está comprobado por una cantidad enorme de estudios que el mero hecho de sonreír trae grandes beneficios para la salud.
Un grupo de científicos estadounidenses realizaron un seguimiento a 5000 estudiantes durante alrededor de cuarenta años y los resultados demostraron que aquellos que eran más pesimistas tendían a morir más jóvenes. Eso es solamente uno de los tantos estudios que respaldan la hipótesis favorecedora de la risa. Otro dice que las personas más asustadizas sufren, con frecuencia, de infecciones y resfriados, mientras que las más optimistas suelen tener más salud y fortaleza, debido simplemente a que el cuerpo responde a lo que sentimos. Es por eso que la gente enamorada está todo el tiempo sonriendo o situaciones por el estilo.
Pero estar enamorado no es el único ejemplo. Las personas con mucho sentido del humor, esas que se ríen casi por cualquier cosa, tienen más desarrollada el área del cerebro que corresponde a la creatividad. El buen humor construye un círculo psicológico saludable que ayuda y favorece el restablecimiento de la salud. Esas personas cuentan con una especie de detectores de situaciones absurdas que provocan la risa. Es un proceso rápido. Inmediatamente después de percibir la situación, se envía una señal al cerebro que hace que se libere dopamina (llamada “la hormona de la felicidad”) y listo; sonrisas, risas. Una simple sonrisa genera un estímulo que produce una sensación de bienestar generalizado.
La sonrisa es aún mejor si se la deja evolucionar y, ergo, nos reímos. La risa activa el diafragma, el tórax, el abdomen, el corazón y los pulmones. También ayuda a relajar los músculos. Es algo elemental para la salud mental (me salió una rima sin querer) y para la salud corporal. Lo mejor que podemos hacer es reírnos a carcajadas, dejar fluir a todo volumen eso que nos provoca risa. De esa manera nos ayudamos a nosotros mismos de varias formas (mejora la circulación, el sistema inmunológico, liberamos tensiones, etc.) y les damos motivo también a los que nos rodean de por lo menos sonreír ante una carcajada graciosa. En lo personal, sacarle una sonrisa a alguien me hace sentir bien, más si es un amigo.
Siguiendo con el tema, existe algo que se llama risoterapia, que es una técnica psicoterapéutica que ayuda a producir beneficios mentales y emocionales por medio de la risa. Lo que sostiene esto es que es importante aprender a reírse de uno mismo. Contrario a lo que muestra la sociedad actual, que nos incita a reírnos de los demás, lo que hay que hacer es fomentar la risa en casi cualquier ambiente posible. Si no nos podemos reír con otro, porque el efecto grupal es más productivo, riámonos de nosotros mismos estando solos. Olvidémonos del qué dirán los demás al ver a alguien que va caminando solo y se está riendo. Lo peor que podemos hacer es contener la risa porque pierde varias de sus propiedades. Además, la risoterapia aconseja que reírse un minuto durante tres veces al día (pese a que suene a poco) es el mínimo esencial para que una persona tenga una mayor calidad de vida.
Y no solamente es algo actual, el uso de la risa como técnica curativa se viene dando a lo largo de la historia. Robert Burton (1577 - 1640), clérigo y erudito inglés, profesor de la Universidad de Oxford, propone la risa como método terapéutico; el filósofo alemán Immanuel Kant (1724 - 1804) decía que la risa es un “fenómeno psicosomático”, “La risa es la emoción que nace de la súbita transformación de una ansiosa espera en nada”; el mismo Freud atribuyó a las carcajadas el poder de liberar nuestro organismo de energía negativa; William McDougall, profesor de psicología de Harvard, sostiene que la risa ayuda a mantener el bienestar y la salud psicológica; hasta en la Biblia se menciona el tema, Proverbios 17, 22 dice: “El corazón alegre constituye un buen remedios; mas el espíritu triste seca los huesos”. Y a no olvidarnos tampoco del célebre Doherty Hunter “Patch” Adams, ese médico que revolucionó la medicina estadounidense en su momento implementando la risa como cura. Hay una película “Patch Adams”, protagonizada por el actor Robin Williams, en la que se muestra la vida del doctor.
Es cuestión de reírse nomás. Les dejo un link a un video que me gustó sobre el tema y otro a un artículo del diario The Sun en el que hay un cuestionario sobre la sonrisa y la felicidad. Para el segundo es imprescindible saber inglés, el primero tiene subtítulos. Para divertirse un rato.
Un grupo de científicos estadounidenses realizaron un seguimiento a 5000 estudiantes durante alrededor de cuarenta años y los resultados demostraron que aquellos que eran más pesimistas tendían a morir más jóvenes. Eso es solamente uno de los tantos estudios que respaldan la hipótesis favorecedora de la risa. Otro dice que las personas más asustadizas sufren, con frecuencia, de infecciones y resfriados, mientras que las más optimistas suelen tener más salud y fortaleza, debido simplemente a que el cuerpo responde a lo que sentimos. Es por eso que la gente enamorada está todo el tiempo sonriendo o situaciones por el estilo.
Pero estar enamorado no es el único ejemplo. Las personas con mucho sentido del humor, esas que se ríen casi por cualquier cosa, tienen más desarrollada el área del cerebro que corresponde a la creatividad. El buen humor construye un círculo psicológico saludable que ayuda y favorece el restablecimiento de la salud. Esas personas cuentan con una especie de detectores de situaciones absurdas que provocan la risa. Es un proceso rápido. Inmediatamente después de percibir la situación, se envía una señal al cerebro que hace que se libere dopamina (llamada “la hormona de la felicidad”) y listo; sonrisas, risas. Una simple sonrisa genera un estímulo que produce una sensación de bienestar generalizado.
La sonrisa es aún mejor si se la deja evolucionar y, ergo, nos reímos. La risa activa el diafragma, el tórax, el abdomen, el corazón y los pulmones. También ayuda a relajar los músculos. Es algo elemental para la salud mental (me salió una rima sin querer) y para la salud corporal. Lo mejor que podemos hacer es reírnos a carcajadas, dejar fluir a todo volumen eso que nos provoca risa. De esa manera nos ayudamos a nosotros mismos de varias formas (mejora la circulación, el sistema inmunológico, liberamos tensiones, etc.) y les damos motivo también a los que nos rodean de por lo menos sonreír ante una carcajada graciosa. En lo personal, sacarle una sonrisa a alguien me hace sentir bien, más si es un amigo.
Siguiendo con el tema, existe algo que se llama risoterapia, que es una técnica psicoterapéutica que ayuda a producir beneficios mentales y emocionales por medio de la risa. Lo que sostiene esto es que es importante aprender a reírse de uno mismo. Contrario a lo que muestra la sociedad actual, que nos incita a reírnos de los demás, lo que hay que hacer es fomentar la risa en casi cualquier ambiente posible. Si no nos podemos reír con otro, porque el efecto grupal es más productivo, riámonos de nosotros mismos estando solos. Olvidémonos del qué dirán los demás al ver a alguien que va caminando solo y se está riendo. Lo peor que podemos hacer es contener la risa porque pierde varias de sus propiedades. Además, la risoterapia aconseja que reírse un minuto durante tres veces al día (pese a que suene a poco) es el mínimo esencial para que una persona tenga una mayor calidad de vida.
Y no solamente es algo actual, el uso de la risa como técnica curativa se viene dando a lo largo de la historia. Robert Burton (1577 - 1640), clérigo y erudito inglés, profesor de la Universidad de Oxford, propone la risa como método terapéutico; el filósofo alemán Immanuel Kant (1724 - 1804) decía que la risa es un “fenómeno psicosomático”, “La risa es la emoción que nace de la súbita transformación de una ansiosa espera en nada”; el mismo Freud atribuyó a las carcajadas el poder de liberar nuestro organismo de energía negativa; William McDougall, profesor de psicología de Harvard, sostiene que la risa ayuda a mantener el bienestar y la salud psicológica; hasta en la Biblia se menciona el tema, Proverbios 17, 22 dice: “El corazón alegre constituye un buen remedios; mas el espíritu triste seca los huesos”. Y a no olvidarnos tampoco del célebre Doherty Hunter “Patch” Adams, ese médico que revolucionó la medicina estadounidense en su momento implementando la risa como cura. Hay una película “Patch Adams”, protagonizada por el actor Robin Williams, en la que se muestra la vida del doctor.
Es cuestión de reírse nomás. Les dejo un link a un video que me gustó sobre el tema y otro a un artículo del diario The Sun en el que hay un cuestionario sobre la sonrisa y la felicidad. Para el segundo es imprescindible saber inglés, el primero tiene subtítulos. Para divertirse un rato.
Video: Ron Gutman - El poder oculto de la sonrisa
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