Un pilarense suelto in the US (V): Spring Break en Washington DC

Ha pasado un tiempo desde el último post. Pasa que uno se distrae. Y tiene que estudiar para midterms y esas cosas. Pero no los iba a dejar colgados. Nunca, jamás. Aunque mis antecedentes del blog puedan demostrar lo contrario.


La entrada del Zoo de Washington DC. Foto: Matias Mestas
No obstante ahora no les estoy escribiendo desde el frío de Chicago, sino desde Rockville, Maryland. Una ciudad en las afueras de Washington D.C. Donde a lo largo de esta semana de vacaciones he podido disfrutar de salir al aire libre solo con remera. Y no con remera, buzo, pullover, gorro, guantes, campera, sábanas, frazadas, antorchas y estufas.

Desgraciadamente, el famoso spring break, está llegando a su fin. El resignarse a volver a la comida del comedor de la universidad después de haber tenido el placer de comer empanadas y asado (bien al estilo argento), es una de las peores sensaciones que me deja esta semana libre. Por suerte, por lo que vi, ya no hay más nieve en Chicago. Esperemos que así sea.

Encuentren al camaleón. Foto: Matias Mestas
En cuanto a mi experiencia por estos lares fue genial. Tuve la posibilidad de visitar lugares que había dejado pendientes allá por las semanas previas al inicio del semestre. Semanas, curiosamente, tan lejanas. Fui al Zoológico Nacional, que como es de la institución Smitsonian (como la gran mayoría de los museos en DC) no cobra entrada. Y todos sabemos que lo gratis es siempre mejor. Pude ver desde un camaleón casi imposible de encontrar hasta escuchar los rugidos medio raros de un león. Desde serpientes de todos los colores y tamaños hasta horribles ratas que nunca ven la luz del sol. Y mucho más: tigres, elefantes, monos, etc. Eso sí, todo muy lindo y gratis... pero ni se les ocurra comprar nada adentro del zoo porque terminan hipotecando la casa.

Otro de los lugares que puedo tachar de mi lista es ir a ver la Casa Blanca. Yo la pensaba más grande, pero quizás es la indomabilidad usual de mi imaginación que me juega estas malas pasadas. O quizás me engañó Hollywood. Lo cierto es que es grande, pero la pensaba enorme. Y no. Aunque estoy seguro que desde alguna de las ventanas, Obama me habrá visto.

Admiren la valla, la reja y la Casa Blanca.
(En las de mas cerca saque solo la casa, por eso va esta).
Foto: Matias Mestas
Lo gracioso es que la gran muchedumbre se apiña en el frente de la casa, desde donde apenas se la puede ver. Me explico mejor, el jardín delantero de la Casa Blanca es bastante más grande que el trasero; y sumado a eso, en la parte de adelante está la reja que bordea a la propiedad y otro vallado más de la policía (porque aparentemente ya dos personas lograron saltar la primera reja). En cambio, desde atrás, el jardín es relativamente más reducido y no hay vallado extra. Ergo, se ve a la casa de Obama, Bush, Clinton, Kennedy y tantos otros, desde más cerca. Y, dato curioso, no hay tanta gente. En consecuencia, las fotos salen mejor y no hay que ir esquivando masivos grupos de excursiones turísticas.

Arlington Cemetery. Foto: Matias Mestas.
Y siguiendo con esos lugares históricos a los que vale la pena ir: el Cementerio Arlington. Creo que si dejamos de lado el hecho de que es un cementerio, diría que es un lindo lugar. El verde del pasto mezclado con la simetría de las tumbas de mármol blanco, la paz que se siente, el aire puro y el solo poner los pies sobre un lugar histórico, le dan un valor agregado inmenso. Sin mencionar la vista de la ciudad que se tiene. Es un lugar maravilloso. Incluso hay un mito que circula por allí que dice que el propio John F. Kennedy visito el cementerio unos meses antes de su muerte en 1963 y desde un punto elevado, cerca de la casa que una vez perteneció a un nieto de George Washington, dijo: “Podría quedarme aquí para siempre”. Y es que, de verdad la vista que se tiene ahora desde ese punto, donde ahora esta su tumba, es magnífica.    


Tumba de JFK. Foto: Matias Mestas
No obstante, mis vacaciones se terminaron y mañana vuelvo al ruedo. Al trabajo (para ahorrar para mi próximo gran viaje al viejo continente), al estudio, a ver si empiezo de una vez a escribir la tesis. Todavía me quedan un par de lugares a los que quiero ir en Chicago. Y seguramente se los comente por esta vía en algún momento. Hasta entonces, buenas noches y buena suerte. 
Y una de mis fotos favoritas. El cambio de guardia en el cementerio. Porque tuve una materia en la facultad que era Fotoperiodismo. Ja. Foto: Matias Mestas.

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